Café de Colombia no escapa a los efectos del coronavirus

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Cada día José Sierra Tejada controla que los jornaleros que llegan a su finca cafetalera en el noroeste de Colombia estén en buen estado de salud, tengan puesto un cubrebocas y guarden distancia entre sí.

El caficultor de 52 años, dueño de una pequeña hacienda en el departamento de Antioquia, relató a The Associated Press que la pandemia del nuevo coronavirus ha cambiado su vida cotidiana. Además de estar pendiente de la cosecha, debe proteger a sus recolectores.

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“No vamos a claudicar, el virus es muy peligroso y mata, pero no será un obstáculo para recolectar esta cosecha”, aseguró.

Más de 541.000 familias en los 23 de los 32 departamentos de Colombia dependen de la producción de café y se estima que se necesitan 133.000 jornaleros para recolectar la primera cosecha, que se extiende de marzo a junio.

Colombia, que tiene 50 millones de habitantes, ha reportado 1.730 casos de COVID-19 y 50 fallecidos.

Como consecuencia de la cuarentena obligatoria, que se extenderá hasta el 27 de abril, la actividad económica ha quedado paralizada.

“Tengo 20 recolectores en mi hacienda… y día a día desde que se inició la recolección del grano de café en esta zona a mediados de marzo estoy pendiente de que lleguen con buen estado de salud, con sus respectivos tapabocas y que no lleguen en grupo”, dijo Sierra Tejada.

A diferencia de otros años, esta vez decidió contratar a trabajadores informales de su región, como vendedores ambulantes de frutas, para que recojan la cosecha.

“Ellos merecen tener una oportunidad y están recogiendo entre 100 a 150 kilos de café diario de lunes a viernes y tienen una ganancia de mano de obra entre 100.000 a 120.000 pesos diarios (unos 30 a 40 dólares)”.

En 2019 la producción totalizó 14,8 millones de sacos de 60 kilos, un 9% más que el año anterior. La meta este año era mantener o superar esa cifra, pero de acuerdo con las estimaciones de la Federación Nacional de Cafeteros en esta primera etapa se espera recolectar 6,5 millones de sacos de café verde en un total de 853.809 hectáreas. Aún no hay estimaciones para la segunda cosecha que comienza en octubre.

En Planadas en el departamento de Tolima, en el centro-oeste del país y una de las regiones más productivas del grano, el caficultor Jorge Repizo, de 63 años, relató a AP que el coronavirus “me tiene en cuarentena por mi edad. Eso es muy difícil porque quiero estar con mis recolectores trabajando, pero por este virus llegó en mala hora”.

Agregó que “esta situación nunca la había visto. Aunque en mis años de caficultor hemos tenido altas y bajas, esta pandemia ha sido lo máximo. Hay que seguir adelante y continuar nuestras vidas, eso sí, cuidándonos”.

En su finca de cinco hectáreas Repizo ha tomado medidas excepcionales: una cinta amarrilla señala hasta dónde pueden llegar los recolectores para mantener la distancia entre sí, en el comedor reciben los alimentos pero deben consumirlos en otro lugar y en un sector diferenciado está el alojamiento.

“Esto nunca nos había tocado. Incomoda, duele porque parecemos presos. Ni cuando la guerrilla molestaba por estos sitios”, se lamentó.

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