De 16 mil megavatios que se venían consumiendo hasta cuando se produjo el primer mega apagón del año pasado, hemos pasado a 10 mil megavatios.
Pero, no por eso han dejado de producirse apagones en todo el país, algunos tan prolongados de uno, dos o más días como los ocurridos en el Zulia.
Miembros de la Asociación Venezolana de Ingenieros Electricistas, Mecánicos y Profesiones Afines (Aviem), que pidieron no mencionarlos porque el régimen ha prohibido a ese gremio dar declaraciones, dijeron que los mayores problemas no han sido todavía acometidos, tales como inversión, mantenimiento, gerencia e incorporación de profesionales con experiencia.
Por lo menos, lo más urgente, es el mantenimiento de todos los equipos, ya que esta labor no se realiza desde el 2012. Hasta entonces, cada seis meses, se realizaban las labores, que incluían el uso de helicópteros para reparar las torres de las líneas de distribución.
Como consecuencia de la paralización del país, como medida preventiva contra el coronavirus, no están funcionando las industrias y empresas manufactureras. Tampoco las instituciones educativas y la mayor parte del sector privado. Además la falta de gasolina ha inactivado algunas actividades, especialmente el transporte público y el de carga. Sólo están autorizadas para operar las farmacias y los establecimientos de aseso personal y de alimentos.
Hay que añadir que del país se han ido más de cinco millones de personas, en razón de lo cual ha bajado la demanda del servicio. Y con todo eso, ha retrocedido la prestación del servicio, que dejó de ser cobrado a partir del momento en que entró en vigencia el nuevo cono monetario, ya que la plataforma administrativa de Corpoelec dejó de funcionar.