La OMS aclara que la limpieza con soluciones como el hipoclorito solo funcionan como medida de prevención, pero rociarlo encima de la gente no significa que puede matar el virus que ya está en el organismo
Se multiplica por diversos lugares la imagen de escuadrones de limpieza o estaciones de lavado que rocían a presión una sustancia líquida para desinfectar calles, avenidas, establecimientos o espacios públicos. En algunos casos, se trata de una limpieza generalizada que incluye rociar a las personas con una solución que aseguran es hipoclorito de sodio al 12%. En otros casos, la solución es más doméstica y el líquido es una proporción «al ojo por ciento» de cloro o lejía disueltos en agua que pueden producir reacciones alérgicas en las personas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) especifica que es importante hacer limpieza ambiental en los establecimientos de atención de salud o los espacios comunes residenciales, por ejemplo, con el uso de 70% de alcohol etílico o hipoclorito sódico al 0,5% para la desinfección de superficies que se tocan con frecuencia en los hogares. Pero detalla que se debe ser muy cuidadoso de que no entre en contacto con las mucosas (ojos, nariz y boca) porque pueden generar daños.
Pero la OMS aclara que no se puede matar el coronavirus solo con rociar el cuerpo con alcohol o cloro. Si el virus ya ha entrado en el organismo esta medida no tiene ningún efecto.
El objetivo es minimizar la propagación del coronavirus en la calle y espacios públicos, ya que los estudios revelan que el virus permanece en diversas superficies durante horas, por lo que deberían desinfectarse con frecuencia. Pero estos operativos deben ir acompañados de otras medidas que reduzcan las posibilidades de contagio.
Desinfectar todo en el ámbito doméstico también puede propiciar la manipulación inadecuada de sustancias químicas que generan efectos muy peligrosos, así que es recomendable evitar mezclas domésticas con la intención de hacer «más profunda» la limpieza.
Por ejemplo, las mezclas que involucran el uso de cloro suelen ser muy tóxicas: el cloro junto al vinagre produce gas cloro que puede provocar una tos fuerte, irritación ocular, quemaduras en la piel y congestión respiratoria. El cloro unido a cualquier gel con base de alcohol resulta en cloroformo, una mezcla química que se convierte en anestésico y genera mareos y dolor de cabeza. El hidróxido de amonio, comúnmente conocido como amoníaco, es un ingrediente muy común en productos de limpieza para el hogar -limpiador para baños- que si se combina con cloro produce un gas tóxico que incluso puede provocar dolor en el pecho, complicaciones respiratorias o desmayos.
Rociados pero apretujados
En la entrada de algunos mercados municipales de Caracas como Quinta Crespo, Coche y Catia tienen puntos de ingreso cubiertos con plásticos por los cuales deben pasar obligatoriamente las personas que quieran entrar al establecimiento. Pero aunque muchas personas quizá se sientan protegidas por esta medida al entrar al mercado, rociar líquido con hipoclorito es apenas una previsión que sin el cumplimiento de las otras no tiene ningún efecto, por ejemplo, mantener el distanciamiento social.
«En el mercado de Quinta Crespo los puestos de verduras y frutas están tapados con plásticos y le piden a uno que no toque la mercancía, pero hay un gentío alrededor y nadie guarda la distancia de un metro, ni medio metro, así que igualito pueden estornudar o toser y uno ni sabe, eso se quedará ahí en el ambiente», comenta Aida Mendoza, de 65 años. Es precisamente el plástico una de las superficies en las cuales el virus permanece durante más tiempo: entre dos y tres días, al igual que el acero inoxidable, material del cual están hechos los tubos para sostenerse en los vagones del Metro o en los autobuses del transporte público.
Asfalto bien limpio
Los operativos no están de sobra, en especial, porque la limpieza de las calles es una política de higiene pública que los gobiernos locales tienen años en mora con los ciudadanos. Pero por sí solos no funcionan, y mucho menos si la falta de agua es la norma en un país que sufre racionamiento crónico desde hace por lo menos cinco años y que se ha recrudecido en plena cuarentena.
Durante la primera semana de la cuarentena, el jefe de contrato de la empresa recolectora de desechos Fospuca, Alberto Briceño, informó que iban a llevar a cabo un operativo de limpieza profunda en las calles del casco central del municipio Chacao, donde se desplegaría una cuadrilla de 12 personas y aunque indicó que este trabajo lo venían realizando desde hace algún tiempo. Agregó que el alcalde Gustavo Duque solicitó que el lavado de las instalaciones del mercado municipal de Chacao debía ser una prioridad.
Un operativo similar ocurrió en el municipio El Hatillo, que también en alianza con Fospuca, realizaron lo que fue denominado como «esterilización de las calles» en algunos puntos con mayor tránsito de personas.
Las autoridades locales masifican las jornadas de desinfección como medidas de prevención, aunque en muchos casos, los espacios elegidos para la limpieza no corresponden con las recomendaciones que en realidad indican las organizaciones de salud: dirigir los recursos hacia los centros de salud, lugares en los que habiten personas contagiadas y espacios comunitarios con alta concentración de personas.
Pero limpiar el asfalto, los cauchos de un automóvil o lanzar una rociada a presión de hipoclorito a vehículos en tránsito poco ayudan a evitar el contagio. Para minimizar el riesgo, realmente, las personas que prestan servicio de transporte como taxis o los que comparten el uso del carro deben mantener el interior del vehículo desinfectado en los puntos de contacto frecuentes como el volante, la palanca de cambios, las manillas internas y externas de las puertas, o los dispositivos para abrir o cerrar ventanas.
Lo más efectivo se basa en la máxima que reza: menos es más. Por lo que hasta ahora ha sido eficiente mantener las recomendaciones principales hechas por la OMS de lavarse las manos con agua y jabón, usar un gel de base hidroalcohólica al estar en la calle, mantener la distancia social y cumplir a cabalidad el aislamiento incluso dentro de la misma casa cuando hay una persona contagiada o sospechosa.
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