UCAB: Diseñan sistema de potabilización de agua para comunidades vulnerables

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Un proyecto de diseño e implementación de un sistema ecoamigable y de bajo costo para la recolección, el filtrado, la potabilización y el almacenamiento de aguas de lluvia para el abastecimiento de espacios escolares y domésticos en zonas vulnerables, adelanta la Universidad Católica Andrés Bello

En efecto, en el marco de una alianza entre la UCAB y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el Centro de Investigación y Desarrollo de Ingeniería (CIDI) de la casa de estudios viene adelantando este proyecto como una alternativa para ayudar a aquellas comunidades que tienen dificultades para recibir el vital liquido, teniendo que pagarlo muchas veces a precio de oro, el cual se implementará inicialmente,  en cuatro comunidades de Antímano y La Vega.

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Un filtro y un horno de biocarbón. ¿Cómo funcionan?

El sistema diseñado por el CIDI UCAB incluye un filtro ecoamigable en forma de recipiente cilíndrico, que tiene en su interior cinco capas de material completamente naturales: grava, arena gruesa, biocarbón, arena fina y grava fina. El dispositivo posee una tubería que recolecta el agua de lluvia a ser tratada en el filtro y otra para darle salida y almacenar el líquido ya potabilizado. También cuenta con un sistema que permite que fluya el agua a contracorriente para lavar el filtro periódicamente.

“Este equipo es sencillo de construir y de mantener”, afirmó María Isabel López, directora del CIDI e integrante del grupo que creó el sistema, conformado también por los profesores Heriberto Echezuría, Beatriz Soledad, Johana Delgado y Gloria Aponte.

Según explicó López, el componente purificador del filtro es el carbón vegetal (biocarbón), el cual se obtiene mediante un proceso denominado pirólisis, que consiste en la descomposición química a altas temperaturas de la madera de bambú, planta de fácil acceso en Venezuela y considerada como un recurso para el desarrollo sostenible por su fácil reproducción.

Explican que para generar el biocarbón de manera segura y sencilla, los ingenieros del CIDI también diseñaron un horno de fácil funcionamiento y características artesanales.

“Debido a que la idea es que el sistema sea replicable para las comunidades que se quieren beneficiar, se realizó un quemador rudimentario, conformado por un tambor de metal y un cenicero cilíndrico, ambos con tapa y chimenea”, explicó López, quien especificó que el tambor metálico funciona como recipiente para coloca material combustible y producir la energía que hace posible la pirólisis, mientras el cenicero (recipiente interno) se usa para introducir los tallos de bambú y convertirlos en biocarbón.

De acuerdo con las pruebas realizadas por el equipo del CIDI, el proceso de generación de biocarbón solo toma 60 minutos en el horno, aunque hay que dejar reposar el material al menos durante 12 horas para que se enfríe. Luego de eso, puede ser incorporado al filtro.

El grupo de trabajo resaltó el carácter ecoamigable de estas tecnologías. “Ambas usan material de desecho, ya que los dispositivos para su funcionamiento y aplicación están fabricados en un gran porcentaje a partir de materiales reutilizados y reciclados de otras actividades y procesos productivos. Hay que agregar que la pirólisis se realiza en condiciones tales que no libera gases compuestos por hidrocarburos complejos, lo cual resultaría altamente contaminante”, se lee en un informe del CIDI.

Instalación y acompañamiento comunitario: el próximo paso

Gracias a un convenio de cooperación suscrito por la UCAB y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en una primera etapa la universidad implementará esta tecnología de potabilización de agua en los sectores Las Casitas, La Pradera, La Colmena y La Pedrera de las parroquias La Vega y Antímano, aledañas al campus de Montalbán. En esta fase se espera beneficiar a poco más de 200 personas.

Como la idea central del proyecto es que las propias comunidades se adueñen de la tecnología y puedan replicarla, María Isabel López aseguró que, en los próximos meses, estarán realizando jornadas de acompañamiento y talleres teórico-prácticos con líderes comunitarios y residentes de las zonas involucradas.

“Con la capacitación, y la oferta de acompañamiento, que tendrán en su relación con el equipo del CIDI, se espera que las tecnologías sean asimiladas y puestas en funcionamiento sin problema alguno, ya que están concebidas desde la óptica de las tecnologías apropiadas, cuyas características radican en el bajo costo de su implementación, fácil manejo y manutención, su sencilla comprensión y el ser reproducibles a escala local sin dejar de un lado su sostenibilidad ambiental”, indicó López.

La experta destacó la pertinencia del proyecto en un momento en el que se enfrenta una pandemia mundial como la del COVID-19, contexto en el que el vital líquido juega un papel importante para la prevención.

“Esta propuesta cobra especial importancia en estos tiempos, ya que el acceso al agua potable es un factor clave para la prevención de enfermedades infecciosas relacionadas con la higiene y de aquellas que se transmiten a través de vectores relacionados con el agua”.

La especialista, puso a disposición la tecnología para quienes deseen conocerla y reiteró el compromiso del Centro de Investigación y Desarrollo de Ingeniería y de la Universidad Católica Andrés Bello con la generación de conocimiento y soluciones que contribuyan con el bienestar de la población.

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