El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció este sábado la paralización de todas las actividades no esenciales desde el lunes 30 de marzo y hasta el jueves 9 de abril.
Los trabajadores de estos sectores deberán quedarse en casa durante todo este período, que incluye ocho días laborables, para reforzar el confinamiento de la población con el objetivo de contener la expansión de los contagios del coronavirus.
Es una «medida excepcional», que aprobará mañana el Consejo de Ministros, por la que estos empleados tendrán un permiso retribuido «recuperable» durante todo el tiempo y recibirán su salario «con normalidad»
En conferencia de prensa, Sánchez explicó que será después, cuando pase este período de cese de actividad, cuando deberán recuperar las horas «de manera paulatina». Y esto es una «alternativa al cierre total» del país.
El motivo es mantener temporalmente la reducción de movilidad de la población, especialmente los fines de semana, así que se trata de dar «un paso más» aprovechando el marco de la Semana Santa, ya que no se podrá viajar por las restricciones generales de movimiento de la población.
Son medidas de «extraordinaria dureza», reconoció Sánchez, «consciente del sacrificio» para reducir el número de infectados, pues el coronavirus afecta a España de manera «despiadada».
«Cuando mayores son los estragos, no es momento de bajar la guardia, sino intensificar la lucha», argumentó.