Jorge Rodríguez, vicepresidente sectorial de comunicación, cultura y turismo de Venezuela designado por Nicolás Maduro, ha dicho en reiteradas oportunidades que es importante lavarse las manos para evitar el contagio del coronavirus.
Esta solicitud hecha a los venezolanos se vuelve falacia en un país, que según Nora Bracho, presidenta de la Comisión de Administración y Servicios de la Asamblea Nacional, más del 70% de los ciudadanos está propensa al contagio del covid-19 por falta de agua y electricidad.
La parlamentaria indicó que actualmente existen muchos sectores en Venezuela donde el agua llega cada 20 o 25 días y en otros lugares se habla de meses. Es decir, «no hay condiciones para que la gente pueda combatir el covid-19 sin el vital líquido».
Esta información coincide con el sondeo realizado por el Observatorio Venezolanos de Servicios Públicos (OVSP), que se realizó en 27 municipios del país el mes pasado, donde la valoración negativa de los ciudadanos con respecto al agua potable es de 65.9%, mientras que para el servicio de energía eléctrica es de 58.8%.
A la escasez de agua y electricidad se le suma la de gasolina. A raíz de la «cuarentena colectiva» decretada por Nicolás Maduro, la paralización de combustible en el país es absoluta.
Hasta los momentos no hay una declaración oficial que explique el por qué de la situación. Algunos voceros del régimen de Maduro han señalado que la escasez de gasolina se debe a las sanciones emitidas por los Estados Unidos a la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Sin embargo, representantes de la Federación Unitaria de Trabajadores y Trabajadoras del Petróleo de Venezuela y factores democráticos del país han revelado que la escasez de combustible de debe a la venta ilegal en los estados fronterizos y la paralización de las refinerías.