La situación con los servicios públicos en el norte de Barquisimeto es cada vez más cruda. El servicio con mayores problemas, es el agua. Pocas son las localidades del norte de Barquisimeto que cuentan con este servicio normalmente por tubería. Tal es la situación que vive la urbanización privada Yucatán quien en esta situación de cuarentena están pasando mayores necesidades con este servicio tan vital para la lucha contra la propagación del coronavirus Covid-19.
Los vecinos de este urbanismo denuncian que ahora con la escasez de gasolina los camiones cisternas que constantemente surten el agua, no pasan por que no tienen combustible. Quienes suministran agua en ese sector ahora quieren cobrar más por cada camión.
Carmen López vecina del lugar denunció que ahora con la cuarentena social es el momento cuando hay que tener agua en sus hogares, sin embargo esto no es posible porque los camiones cisternas que venden constantemente el agua en la zona no han pasado porque no tienen gasolina.
En Yucatán no llega el agua por tubería desde hace al menos 5 años. En esa y urbanización cada cisterna de agua dulce cuesta 200 mil bolívares y si es agua salada Bs. 150 mil. López indicó que este precio es en condiciones normales. Ella destaca que ahora con el problema que hay con la distribución de gasolina no va a costar lo mismo. “La gente se aprovecha de todo”, asegura.
“Una familia de tres personas gasta aproximadamente un millón de bolívares en agua solamente. Yo pagaba 120 mil para llenar mil litros de agua y hoy llene la misma cantidad en 200 mil bolívares. La semana pasada el botellón me costaba 8 mil esta semana 10 mil bolívares”, cuenta la señora López a Elimpulso.com
“Muchos ya comenzamos administrar el agua como cuando hubo el apagón hace un año tomando en cuenta los pocos cisternas que llegan por la medida que tomaron de la gasolina. Este es un urbanismo que está vulnerable. Nunca hemos sido tomado en cuenta seriamente por ningún organismo oficial con respecto al vital líquido”, denunció Carmen López.
Los dos pozos que había están abandonados
Por su parte el señor Rodolfo Jiménez también vecino de esta comunidad indicó a Elimpulso.com que en el urbanismo hay dos pozos que cuando funcionaban lo abrían durante media hora por calle dos o tres veces a la semana, ahora están abandonados.
La familia Jiménez está integrada por tres personas y el tanque de mil litros que tiene cada vivienda, a ellos les dura solamente 5 o 6 días, utilizando solamente para lo más importante.
“Mensualmente son seis cisternas lo que consumimos, es decir, un millón de bolívares. Es un gasto importante para una familia de clase media-baja. Fácilmente, incluyendo unos 20 botellones de agua filtrada, podemos hablar de al menos Bs. 1.600.000, solamente en agua”, comenta Rodolfo Jiménez quien asegura que es una situación muy apremiante en costo y cuanto a necesidades de un líquido que es básico y que según normativa esto debería ser suministrado por el estado venezolano .
Tanto Carmen López como Rodolfo Jiménez comentaron que ha existido la disposición de muchas personas de hacer gestiones para resolver la situación con los pozos de agua en Yucatán, pero hasta ahora no han obtenido resultados.