“Lavarse las manos con abundante agua y jabón, varias veces al día por 20 o 30 segundos”, recomendó el ministro de Comunicación e Información Jorge Rodríguez en el balance que ofreció este 17 de marzo sobre el status del Coronavirus en Venezuela.
Mientras Rodríguez aconsejaba enjuagarse las manos constantemente para evitar la propagación del virus, el diputado y médico oncólogo José Manuel Olivares sentenciaba que de acuerdo a la Encuesta Nacional de Hospitales, 78% de los centros públicos asistenciales en Venezuela reportaron problemas con el suministro en 2019.
Según Olivares, es harto complicado combatir a la pandemia cuando según la más reciente Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), 90% de los venezolanos no tiene acceso de manera regular a agua potable.
“La falta de agua va a generar un impacto negativo y la propagación del virus dentro de los hospitales. Es probable que veamos un colapso total del sistema de salud pública”, indicó el parlamentario desde Colombia.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Hospitales, 70% de las instituciones reportó intermitencia en el servicio, 20% no tuvo agua en ningún momento y solo 9% aseguró contar con el suministro de forma regular en 2019. En las áreas de emergencia, el mes más crítico del año pasado fue marzo con 89% de falla de suministro de agua.
La directora del Observatorio Venezolano de la Salud, Marianella Herrera, informó además que según datos de la ENH, 83% de las emergencias en los hospitales presentaron fallas con el servicio de agua el año pasado.
“Cómo hacemos si no nos podemos lavar las manos con agua y jabón, algo sumamente básico. No se puede atender a un paciente sin agua”, sostuvo Herrera.
Mabel Castillo, miembro del Colegio de Enfermeras del Distrito Capital, indicó que con frecuencia el agua no llega por tuberías a los hospitales del país.
“Todos sabemos que es un problema a nivel nacional. Sin agua no podemos garantizar las medidas mínimas de prevención de infecciones intrahospitalarias”, dijo.
Castillo manifestó que en medio de la contingencia provocada por la llegada del COVID-19 a Venezuela, no es suficiente suministrar agua a los hospitales a través de camiones cisterna. “Eso no garantiza que los profesionales de la salud puedan llevar a cabo el procedimiento de lavado de manos correspondiente, acorde a los estándares internacionales”.
No solo es el servicio de agua, también el eléctrico conspira contra la salud de los venezolanos. Según la Encuesta Nacional de Hospitales, el 63% de los centros asistenciales reportaron fallas en el suministro de energía en 2019. El promedio general de fallas eléctricas a nivel nacional fue de 342 al mes.
“Para diciembre de 2019, un 43,5% reportaba fallas en la electricidad. Algunos hospitales ni siquiera cuentan con plantas eléctricas”, dijo Marianela Herrera.
El peor preparado en Latinoamérica
“Si no tenemos agua en los hospitales, mucho menos jabón antibacterial”, aseguró la enfermera y profesora universitaria, Mabel Castillo.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Hospitales, el desabastecimiento en las emergencias rondó el 49% en 2019.
“Desde 2016, cuando llegamos a la Asamblea Nacional venimos alertando de la crisis en los hospitales. El país más vulnerable para perder vidas producto del Coronavirus es Venezuela”, dijo José Manuel Olivares.
“En Venezuela falta el 50% de los medicamentos esenciales”, agregó el médico, especialista en radiología y oncología.
“Nos hemos mantenido en la calle desde 2017 protestando por todo lo que tiene que ver con dotación de insumos y con el pago de salarios adecuados para poder garantizar la calidad de la salud”, sostuvo la enfermera, Mabel Castillo.
A juicio de José Manuel Olivares, el número de camas operativas actualmente en terapia intensiva es insuficiente para atender una pandemia. “Tenemos un promedio entre público y privado de 80”.
Segun la ENH, para noviembre de 2018 habían 392 camas operativas a nivel general en los hospitales y en 2019 esa cifra bajó a 219, lo que significó una disminución de 44%.
“El asunto es que no tenemos el número de camas para atender esta emergencia. Es imposible hacer una proyección porque el comportamiento del virus no ha sido igual en ningún país”, aseveró Olivares.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la norma es de 2,7 camas hospitalarias por cada 1.000 habitantes. En Venezuela, según el Banco Mundial hay un promedio de 0,8.
A la insuficiencia de herramientas para hacerle frente a una pandemia se suma la desnutrición en Venezuela.
“Seguimos teniendo unos altos niveles de desnutrición, especialmente en la edad más vulnerable. Como lo dice el informe del Programa Mundial de Alimentos, hay más de 9 millones de personas en inseguridad alimentaria o severa en Venezuela y esto hace que haya una situación de hambre preexistente en el país a lo cual se sobrepone la emergencia sanitaria”, dijo Marianela Herrera.
“La nutrición no se le garantiza a los pacientes en los hospitales. Si una persona no está en buen estado nutricional no puede afrontar una enfermedad”, añadió Mabel Castillo.
Centinelas heridos
El gobierno de Nicolás Maduro designó 46 centros y hospitales como centinelas para atender la emergencia del COVID-19 en Venezuela.
“La situación de los hospitales era ya bastante precaria antes que llegara el Coronavirus y eso es bien sabido por todos”, sentenció la directora del OVS, Marianella Herrera.
“El Hospital Periférico de Coche tiene un año cerrado. En el Hospital del Algodonal el personal médico protestó recientemente porque no están dadas las condiciones para atender a este tipo de pacientes allí, en el Hospital Pérez Carreño no tienen agua y al Clínico Universitario llegó recientemente agua a los pisos superiores después de ocho meses”, informó Mabel Castillo.
El diputado José Manuel Olivares argumentó además que el Estado no posee la capacidad de efectuar todas las pruebas correspondientes para descartar la presencia de Coronavirus.
“Todas los tests los están haciendo en Caracas, en el Instituto de Higiene Rafael Rangel. Esto quiere decir que en el proceso de transporte se pueden perder algunos. Además están tardando entre 6 y 8 días para dar un resultado, lo cual hace más difícil el proceso”, dijo Olivares.
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