El presidente ecuatoriano Lenín Moreno decretó la noche del lunes estado de excepción en el país, que implica un toque de queda nocturno para frenar el avance del nuevo coronavirus en la nación sudamericana.
Se trata de la medida más drástica asumida por un país latinoamericano con el objetivo de combatir la propagación de la enfermedad. El decreto establece el cierre de todos los servicios públicos, excepto salud y seguridad, y un toque de queda por 14 días que regirá entre las 9:00 de la noche y 5:00 de la mañana.
Ello restringe la circulación de transporte público interprovincial por tierra y aire y busca reducir a la mitad la circulación vehicular en las ciudades.
“Estamos enfrentando una guerra”, aseguró Moreno en una cadena nacional de radio y televisión. Ecuador ha reportado hasta el momento 37 contagios por el nuevo coronavirus, incluyendo dos defunciones.
El presidente señaló que en el sector privado sólo se permitirá la actividad de los sectores de alimentos y producción agrícola, así como las labores en la banca y negocios financieros.
América Latina registra hasta ahora más de 800 casos y al menos 12 muertos por COVID-19.
Otros gobiernos latinoamericanos buscan contener la enfermedad a través del cierre de fronteras, la suspensión de clases y vuelos, cuarentenas en algunos casos y la instalación de hospitales móviles, con el objetivo de evitar el sombrío escenario que la pandemia ha causado en Europa.