Los electores franceses acudieron el domingo a las urnas para elegir alcaldes y otros líderes locales, pero la realización de la segunda ronda quedó en duda debido a las preocupaciones por la rápida propagación del coronavirus.
El ministro del Interior Christophe Castaner dijo que la participación electoral, que se sabría durante la noche, será claramente menor a lo normal debido a que muchas personas no acudieron a votar por temor a que eso contribuya a la propagación del virus, el cual ha afectado los itinerarios de viaje, provocado el cierre de escuelas y sacudido a los mercados financieros.
Varios líderes políticos de derecha e izquierda pidieron que se postergue la segunda ronda electoral. Los comicios del domingo se llevaron a cabo mientras entraban en vigor algunas nuevas medidas drásticas: el cierre de todos los restaurantes y museos del país, así como la mayoría de los comercios, para contener la propagación del virus surgido en China a finales del año pasado.
Las autoridades de salud de Francia reportaron el domingo 5.423 casos confirmados del COVID-19, un incremento de 900 en comparación con el día anterior, incluyendo 127 decesos.
El primer ministro Edouard Philippe elogió la organización de las votaciones locales y a aquellos “ciudadanos que eligieron acudir a las urnas y, por lo tanto, han demostrado su compromiso con la democracia municipal”.
Pero Philippe dijo que convocará a una comisión científica y dialogará con los líderes de los partidos políticos a fin de tomar una decisión sobre la organización de la segunda ronda electoral, que está programada para el 22 de marzo.