Irán reportó este lunes otras 129 muertes por el nuevo coronavirus, el aumento más alto desde que comenzó el peor brote en Oriente Medio, que se ha cobrado más de 850 vidas e infectado a miembros del gobierno.
Sin embargo, los comercios seguían abiertos en la capital iraní mientras otros países de la región ordenaban cuarentenas. Líbano ordenó un cierre casi total y los iraquíes se apresuraban para prepararse para un toque de queda que comenzaría esta semana.
Las distintas estrategias de las autoridades locales reflejaban la incertidumbre sobre cómo detener la expansión de un virus que ha infectado a unas 170.000 personas en todo el mundo y matado a más de 6.500 personas.
Algunas optaron por una respuesta aún más agresiva. Israel autorizó el empleo de una tecnología de espionaje utilizada en los últimos años contra milicianos palestinos, para rastrear a los pacientes de coronavirus. Estas prácticas reavivarán el debate sobre la privacidad conforme países de todo el mundo afrontan la pandemia.
Para la mayoría de la gente, el nuevo virus causa síntomas leves o moderados como fiebre y tos. Para algunos, especialmente ancianos y personas con problemas de salud previos, puede causar complicaciones más graves como la neumonía.
La inmensa mayoría de los enfermos se recuperan. Los que sufren síntomas leves se recuperan en unas dos semanas, mientras que los pacientes más afectados podrían tardar de tres a seis semanas.