El primer servicio de alumbrado público se instaló en la ciudad en 1842 por orden de Bernabé Planas, primer gobernador de nuestra entidad y consistía en rudimentarias lámparas de latón que usaban aceite vegetal o manteca de cochino.
La energía eléctrica comenzó a usarse en 1896 con un generador hidroeléctrico que se instaló en una quebrada del sector Macuto, muy cerca del río Turbio y sólo iluminaba algunas bombillas en la antigua Plaza Bolívar, hoy Plaza Lara.
La planta dejó de funcionar en 1898 luego de ser destruida por una de las tantas guerras civiles que azotaban a la región y pasarían veinte años para que la iluminación eléctrica volviera a Barquisimeto.
El 15 de marzo de 1916 se inauguró una nueva planta termoeléctrica y las instalaciones se ubicaban detrás del Cuartel Jacinto Lara, el cual se ubica en la actualidad en la carrera 15 con calle 26. La noticia fue reseñada por El Impulso, diario que aún circulaba en Carora.
En esos días y hasta bien entrada al década de 1940, la energía se destinaba principalmente a la iluminación pública y doméstica, ya que muy pocos artefactos y equipos funcionaban con electricidad.
De aquellos tiempos recordaremos una anécdota del general Eustoquio Gómez, primo del Presidente Juan Vicente Gómez, impuesto como primer magistrado regional a partir de 1929.
Por allá por la década de 1930 una noche se fue la luz, situación que molestó al Presidente del estado Lara, de quien se recuerda tenía muy mal carácter.
Ante aquel inusitado apagón, el general Gómez mandó a llamar a todos los taxis y ordenó a los choferes que pararan sus carros en las principales calles y esquinas del centro de Barquisimeto y prendieran las luces y así la ciudad no quedara a oscuras.
Y luego envió a los taxistas con la factura a las oficinas de la Compañía Eléctrica para que les cancelaran sus honorarios, y a la empresa no le quedó más remedio que pagar.