El crítico apagón nacional que se vivió en Venezuela durante cinco días desde el pasado 7 de marzo del 2019, fue definido por muchos como un «calvario» para una sociedad en pleno siglo 21.
Según cifras otorgadas por la ONG Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida), hubo al menos 21 personas fallecidas en hospitales de Venezuela durante los días del apagón nacional, y todas estas muertes, están ligadas a la falta del servicio eléctrico.
Ante el «calvario» de los venezolanos, es fundamental escuchar la voz de las madres de Venezuela, quienes al igual que María a los pies de la Cruz de Jesús, no se separaron de sus hijos, compartieron el dolor e hicieron lo imposible por resguardarlos del peligro.
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En este contexto, Elimpulso.com entrevistó a una madre barquisimetana, Jessibeth Brito, quien contó y recreó cómo vivió estos difíciles días del apagón nacional, de qué manera intentó cuidar a sus hijos, y también, explicó cómo sigue afectando los cortes del servicio eléctrico en su familia.
Brito, quien tiene 3 hijas, contó que cuando se originó el apagón estaba de viaje en Colombia y había dejado a sus pequeñas en casa con su madre. Luego, al regresar, comenzó a enfrentarse a esta terrible situación, notando que el problema no era simplemente en Barquisimeto, sino en todo el país.
Para ese entonces, vivía en el piso 11 del Edificio Metropolitan, ubicado en la avenida Venezuela entre calles 40 y 41, lo cual resultó ser un problema más: La falta de energía eléctrica privó el suministro del agua, y después de conseguirlo mediante una bomba alquilada por la comunidad, debía emprender un difícil viaje cargando los envases llenos de agua once pisos hacia arriba.
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De hecho, mencionó que su esposo y cuñado ingeniaron un mecanismo para subir el agua con menos esfuerzo: Improvisaron una polea, sujetaron una soga a los envases con agua y empezaban a halar desde arriba para subir poco a poco el suministro que tanto necesitaban sus hijos.
Sin embargo, al notar que el agua que fue otorgada para cada apartamento no les abastecía plenamente y tenían el baño colapsado, tuvo que tomar la difícil decisión de que sus hijas hicieran sus necesidades fisiológicas en bolsas, para así botar los desperdicios directamente en el container de basura. Situación que fue sumamente dolorosa para Brito como madre.
La salida… es huir
Brito agregó que aunque pudo salir hacia adelante durante esos días, no está preparada para volver a vivir una situación de esta magnitud. Por lo cual aseguró que desde ese momento, vive con el temor de que en Venezuela se origine otro apagón nacional que la lleve a sufrir de la misma manera junto a sus hijas.
Basándose en ese temor, y al notar que los cortes eléctricos son una constante en Venezuela, junto a tantos otros problemas a nivel social y político, Brito explicó que debe pensar en el futuro de sus hijas y en su familia, por lo cual ha tomado la decisión de comenzar a arreglar todos los papeles necesarios para migrar del país, y así, buscar mejores condiciones de vida para sus niñas.