Hace exactamente un año, la oscuridad arropaba las noches en las calles de Barquisimeto y las de todo el país. La incertidumbre reinaba en la mente de cada venezolano; pero la diferencia, a un año de esa tragedia nacional, es que el sistema eléctrico no ha mejorado, pese a que Nicolás Maduro anunció racionamientos el 31 de marzo de 2019, con el fin de reparar los daños durante los 30 días siguientes.
Aquellos 30 días de «régimen especial de administración de carga» ya casi se convierten en un año.
Mientras tanto, lejos de mermar el tiempo de los racionamientos, producto de la recuperación del sistema eléctrico, éstos pasaron de cuatro a seis horas en la en la entidad.
Al caer la noche, también cae el consumo de electricidad en diversos puntos de la ciudad; no por decisión de los ciudadanos, sino por imposición de quienes ostentan el poder y tienen la responsabilidad de mantener en óptimo estado el sistema eléctrico del país.
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Reina un ambiente de soledad en las calles donde se aplica el racionamiento eléctrico, las cuales pasan del caos del día, a la oscuridad total; entonces comienza la sensación de peligro y se elevan las posibilidades de sufrir un accidente o robo.
De hecho, la noche del pasado domingo 29 de febrero se registró un fatal accidente en la avenida Intercomunal Barquisimeto – Acarigua, a la altura del Fuerte Terepaima, en el que fallecieron seis personas. Según reseñaron medios digitales, un convoy de la Guardia Nacional Bolivariana intentaba cruzar la vía en contraflujo, cuando un vehículo chevette se desplazaba por su canal. Los fallecidos iban en el carro pequeño, cuyo conductor no vió el convoy por falta de electricidad en la vía.
Alubrado público también queda sin electricidad
Las vías de Barquisimeto quedan en penumbra y en ella se esconde la evidencia de las desacertadas políticas de mantenimiento, vigilancia y prevención de accidentes en las calles citadinas y de conexión con otras urbes.
Las peligrosas avenidas Intercomunal Barquisimeto – Acarigua, la Circunvalación Norte y la Avenida Hermano Nectario María, mejor conocida como Ribereña, se convierten en un escenario lúgubre para el conductor que debe atravesarlas en medio de la oscuridad y contando solo con las luces de su vehículo.
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El escenario no es distinto en las calles internas de la ciudad, donde se vive un ambiente pesado, de temor y soledad. Los barquisimetanos, cada vez sufren más los embates de no tener servicio eléctrico por las noches, lo que impacta fuertemente en su rutina nocturna.
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Elimpulso.com ha evidenciado en repetidas ocasiones la falta de patrullaje policial nocturno en las vías de Barquisimeto, pues las autoridades aunque no pueden evitar los racionamientos, tampoco hacen esfuerzos por resguardar la seguridad del ciudadano cuando éstos ocurren.
