El brote vírico en Corea del Sur siguió creciendo y millones de niños en Japón se quedaron en casa el lunes en lugar de ir a clase, mientras las autoridades de más de 60 países combatían una epidemia que ya ha llegado a Estados Unidos, donde han muerto dos personas y había indicios de un brote mayor.
Mientras en todo el mundo se abrían nuevos frentes de batalla contra el nuevo coronavirus, pacientes recuperados salían de los hospitales y zonas de aislamiento construidos a toda velocidad en China, liberando camas en la ciudad más golpeada por la COVID-19, la enfermedad que produce el virus.
China, donde comenzó la epidemia en diciembre, reportó apenas 202 nuevos casos en las 24 horas previas, con otras 42 muertes. Eso elevó el total del país a 80.026 casos, con 2,912 muertes registradas en total. La mayoría de los casos nuevos fueron en la ciudad de Wuhan, donde también se dio de alta a 2.570 pacientes.
El aumento del lunes fue el más bajo en China desde el 21 de enero. China seguía teniendo unas tres cuartas partes de los casi 89.000 casos en todo el mundo, aunque los focos en países como Corea del Sur, Italia e Irán experimentaban bruscos aumentos.
Para el domingo, Estados Unidos contabilizó 80 casos y dos muertes, ambos hombres con problemas previos de salud que fueron hospitalizados en el estado de Washington. El total estadounidense incluía a los evacuados de Wuhan y de un crucero afectado por el virus. Sin embargo, las nuevas infecciones en Nueva York, Rhode Island, el estado de Washington y entre personal médico en California aumentaron la preocupación en ambas costas del país.
El segundo fallecido en Estados Unidos era un septuagenario que vivía en una residencia cerca de Seattle, donde se hicieron pruebas a docenas de personas enfermas para determinar si sufrían el virus, según autoridades sanitarias del estado. El virus podría llevar semanas circulando por el estado de Washington sin ser detectado, según dijeron antes investigadores.
Indonesia confirmó sus primeros casos el lunes, dos personas contagiadas por un viajero extranjero.
En Corea del Sur, el líder de 88 años de la Iglesia de Shincheonji, una comunidad que concentra el mayor foco de infecciones del país, se inclinó dos veces en el suelo y se disculpó en una improvisada conferencia de prensa por propagar la enfermedad de forma “inintencionada”.
“No sé qué palabras de disculpa debería ofrecer (…) También lo hicimos lo mejor que pudimos, pero no pudimos contenerlo por completo”, dijo Lee, que llevaba una mascarilla blanca. “Cooperamos de inmediato (con los esfuerzos de cuarentena), pero en realidad no hay nada que pueda decir”.
Las instituciones cristianas tradicionales consideran a la Iglesia de Lee como una secta. Durante su intervención el lunes, algunas personas exclamaron “Secta” y “Desmantelad la Iglesia de Shincheonji”.
Corea del Sur informó el lunes de 599 casos nuevos hasta un total de 4.335, la mayoría en la ciudad suroriental de Daegú y sus alrededores. Un total de 26 personas han muerto. Más de la mitad de los casos tienen lazos con la rama local de la Iglesia de Shincheonji. La primera paciente conocida en la ciudad fue una feligresa que asistió a varios servicios religiosos antes de que se le diagnosticara la enfermedad el 18 de febrero. Hasta la confirmación de su caso, Corea del Sur había reportado sólo 30 casos.
El brote ha sobrepasado el sistema sanitario surcoreano. Al menos cuatro ancianos que esperaban a ser hospitalizados.
En adelante, las plazas de hospital se reservarán a pacientes graves o con problemas médicos previos y los pacientes con síntomas más leves serán aislados en instalaciones designadas fuera de los hospitales, indicó el viceministro surcoreano de Salud, Kim Jang-lip.
Corea del Sur informó de 476 casos nuevos, sumando un total de 4.212. Veintidós personas han muerto.
La sensación de crisis en aumento golpeó los mercados financieros, vació las calles principales y atracciones turísticas y obligó a millones de personas a cambiar su rutina.
En Japón, muchas escuelas empezaron a seguir el plan del primer ministro, Shinzo Abe, de cerrar durante más de un mes al final del curso académico japonés.
Si bien el virus ha causado problemas graves especialmente entre ancianos y personas con problemas de salud previos, la mayoría de los pacientes han tenido síntomas leves y algunos infectados parecen no mostrar síntomas en absoluto.
Pero los esfuerzos por contener el virus son amplios.
El Museo del Louvre cerró después de que Francia limitara las grandes aglomeraciones, y Estados Unidos desaconsejó viajar a la región del norte de Italia donde se concentra el foco local de infecciones. Los brotes y los crecientes reparos a viajar podrían asestar un duro golpe a los sectores turísticos de esos países. La primavera y especialmente la Semana Santa o Pascua, es una época muy popular de viajes con niños a Francia e Italia.