Cada vez son más los niños que llegan a la emergencia pediátrica del hospital Ruiz y Páez, en Ciudad Bolívar, con cuadros de desnutrición por haber sido alimentados solo con teteros a base de harinas. La pediatra María Torrealba, coautora del protocolo para la actuación y recuperación de los niños en desnutrición en el centro asistencial, alertó en entrevista a Correo del Caroní sobre la importancia de advertir que alimentar a los bebés con teteros de crema de arroz, agua de arroz, harina de trigo, agua de maíz y demás mezclas de harina, desencadena cuadros de desnutrición leves y severos en los lactantes.
“El paciente entra en un ciclo de desnutrición, pues lo que está ingiriendo son carbohidratos y no la proteína que ellos necesitan que es su alimento. Al ingerir carbohidrato sin ingerir ningún tipo de proteína el niño comienza un estado de desnutrición que puede ser leve, moderado o grave”, resaltó.
La pediatra explicó que hay tres tipos de desnutrición: marasmo, que es desnutrición por falta de calorías. Kwashiorkor, una desnutrición por falta de proteínas y la desnutrición mixta, que es una mezcla de ambos y la que padecen la mayoría de los niños que ingresan a este hospital.
“Vemos casos en los que al niño que al inicio no se le da comida porque no hay en la casa (comienzan a padecer desnutrición por marasmo), después lo único que se consigue en su casa es harina, entonces se le dan harinas, no se le dan proteínas y comienza a hincharse (padecer desnutrición Kwashiorkor) y a sufrir una desnutrición mixta”, apuntó.
Torrealba resaltó la importancia de la lactancia materna para evitar cuadros de desnutrición en los niños en edad lactante, pues no hay un mejor sustituto para este alimento. Asegura que es apremiante desmontar los mitos que giran alrededor de la lactancia materna y de la carga nutritiva de los teteros de harinas.
Alimentar a un bebé con estos teteros les ocasiona déficit de micro y macro nutrientes y de vitaminas, según esta experta. Además ocasiona alteraciones en todos los órganos del cuerpo debido a la desnutrición. Estos niños son propensos a enfermarse pues su sistema inmunológico comienza a fallar. “Un bebé desnutrido grave tiene nueve veces más probabilidades de morir que un niño con la misma infección pero con un estado de nutrición normal”, subrayó.
Además la pediatra también explicó que otro efecto que puede llegar a causar estos teteros son diarreas crónicas. “Una de las alteraciones del sistema con la que más llegan los pacientes, son los problemas intestinales. Las vellosidades de los intestinos se alteran ocasionando diarrea crónica, además de que no hay absorción de los alimentos lo que provoca un círculo vicioso”.
También genera alteraciones a nivel neurológico, “sobre todo los niños desnutridos crónicos con atraso del desarrollo del sistema psicomotor, no se sientan, no gatean, no caminan”, explicó. Además resaltó que estas fallas en el organismo del bebé se pueden regenerar desde el momento en el que se comienza una buena alimentación.
Al hospital Ruiz y Páez ingresan semanalmente al menos 4 o 5 niños con desnutrición por diversas razones. Uno de los tipos de desnutrición más común en este hospital es la desnutrición primaria, “esta es ocasionada porque el niño no come o no es alimentado apropiadamente”, explicó Torrealba.
La tasa de desnutrición infantil en Venezuela oscila entre el 20 y 30% según la directora de la Fundación Bengoa y miembro del Observatorio Venezolano de la Salud, Maritza Landaeta.
Las causas de esta forma de alimentación
Torrealba atribuye el uso de teteros de harinas a varios factores, uno de ellos es la falta de cultura en lactancia materna y los mitos que se generan alrededor de esta.
“Hay muchos factores que pueden llevar a que la mamá piense que no produce leche, hay mamás muy flaquitas que piensan que por ellas estar en estado de posible desnutrición no producen la leche de igual manera, esto no es así”, aseguró. Además agregó que otras mamás creen que su bebé no queda satisfecho con la toma de leche. “El bebé llora y ellas creen que es porque no se llena y le quitan la alimentación”, relató.
La pediatra explicó que la única manera de producir más leche materna es la succión provocada por el bebé o por una máquina extractora de leche. “Cuando el bebé quiere succionar y succionar el seno de su mamá es que está buscando la manera de hacerla producir más leche”.
Torrealba aseguró que este es un proceso natural y que las madres no deben tratar de saciar a su bebé con teteros de harina. “Hay unas etapas en el mes 2 o 3 que el bebé necesita aumentar la producción de leche de su madre. La mamá se desespera porque siente que no está produciendo leche y pasa a darle el tetero de agua de arroz, llámese crema de arroz, agua de arroz y todas las harinas”, señaló.
Otra de las razones por las que las madres optan por esta alimentación médicamente no recomendada es el difícil acceso a las fórmulas lácteas que puede llegar a costar 30 dólares (800 g) o más dependiendo de la marca, en un país en el que el salario mínimo ronda los 3 dólares mensuales.
“Como esa persona no tiene acceso a comprar las leches porque en realidad son muy costosas -y dependiendo de las tomas diarias del bebé una lata de leche te puede durar 4 días- omiten comprar la leche, y la tía, la prima y la abuela le dicen que le dé agüita de arroz, o agüita de cebada, de espagueti o de harina de trigo y harina de maíz”, expresó.
Alternativas
La pediatra recomienda el apego precoz del bebé al pecho de su madre, la lactancia materna y el acompañamiento con la madre por parte del sistema de salud para no optar por este método alimenticio.
“Es necesario hacer planes de promoción de salud, planes de protección de lactancia”, comunicó. Además resaltó la importancia de que exista un plan para ayudar a las mamás a acceder a fórmulas lácteas cuando ellas no puedan producir leche o en los casos en los que los niños tengan contraindicada la lactancia materna como sucede con los niños de madres con VIH. “En un país ideal, que las fórmulas sean asequibles. Tenemos muertes maternas también y los bebés quedan desprotegidos”.
Esta propuesta cobra aún más pertinencia tomando en cuenta que -en el caso de Ciudad Guayana- no hay banco de leche materna en funcionamiento debido a falta de inversión estatal.
Resiliencia
Al Ruiz y Páez ingresan semanalmente de cuatro a cinco niños con desnutrición. En el hospital no se sirve comida adecuada para niños desnutridos, “sirven pasta sola y eso no es adecuado para ellos”, señaló la pediatra. Debido a esto, Torrealba tomó la iniciativa de prepararles -ella misma- sopa con alta carga nutricional.
Debido a la cantidad de pacientes pediátricos desnutridos que ingresan al recinto hospitalario, la pediatra María Torrealba junto al jefe de pediatría del centro médico, José Zavala, crearon un protocolo para la actuación y recuperación de los niños desnutridos. La atención consiste en el acceso al manejo hemodinámico, antibiótico terapia de los pacientes, y demás atenciones incluyendo el apoyo nutricional. “Son evaluados por infectología, cardiología. Tenemos un grupo bien grande luchando con ellos”, aseguró.
El plan principal de este protocolo es ayudar a los niños desnutridos, sin embargo, también se ayuda a todos los niños hospitalizados con laboratorio, exámenes, con operaciones, traslados y gastos funerarios. La pediatra señaló con emoción que lograron comprar una válvula de hidrocefalia.
Torrealba fundó el 28 de junio del 2018 La mirada de Andrés, una fundación orientada a la recuperación nutricional de los niños. “No recibimos ningún tipo de ayuda política, sino de gente de la ciudad, de otros estados y de afuera del país”, participó. Además contó con emoción que con ayuda de la empresa Mah se logró la recuperación nutricional de casi 300 niños, pues se pudo donar de 6 a 7 latas de leche al mes por niño, dependiendo de la toma.
“Nosotros hacemos de todo gracias a Dios. Si nosotros no lo hacemos los niños se nos van a morir”, concluyó.
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