Miles de personas se congregaron en ciudades de toda Alemania en vigilias por las víctimas de un tiroteo por motivos raciales, ante los crecientes llamados para que las autoridades pongan freno al extremismo de la ultraderecha.
Un alemán de 43 años disparó y mató a nueve personas de origen inmigrante en Hanau, un suburbio de Fráncfort, el miércoles en la noche antes de matar a su madre y suicidarse. El tirador, identificado como Tobias Rathjen, dejó una serie de textos y videos inconexos en los que exponía opiniones racistas y afirmaba que había estado bajo vigilancia desde que nació.
El ataque se produjo en un momento de creciente preocupación por el radicalismo de extrema derecha reflejado en ataques previos y en el auge del partido antiinmigración Alternativa para Alemania, o AfD.
Un alto cargo del partido Socialdemócrata, una formación de centroizquierda que forma parte de la coalición de gobierno de la canciller Angela Merkel, acusó a AfD de proporcionar argumentos ideológicos a personas como el agresor de Hanau.
“Una persona llevó a cabo el tiroteo en Hanau, esto es lo que parece, pero hubo muchos más que le proporcionaron munición y AfD está definitivamente ente ellos”, dijo Lars Klingbeil en la televisora pública ARD el viernes.
Partes de AfD están ya bajo el escrutinio de la agencia nacional de inteligencia alemana. La formación ha rechazado cualquier responsabilidad en los ataques de extrema derecha, incluyendo uno antisemita a una sinagoga y el asesinato de un político regional el año pasado.