La fachada presenta un paisaje gris, seco y hediondo. Mientras el sudor bordea sus párpados, Dionisio Aranguren, de 62 años, debe revisar con mucha atención y cuidado las bolsa de basura que abundan dentro de la Casa Rosada o Quinta Santa Lucía, ubicada en Agua Viva, municipio Palavecino.
El hombre, que se dedica a recolectar desechos, aseguró al equipo periodístico de Elimpulso.com que desde hace algunos años La Quinta, como también es conocida, se encuentra totalmente abandonada y reveló que los mismo habitante de la zona utilizan el lugar como botadero de basura e inmundicia.
«La gente aprovecha que esto está abandonado y vez de pedir que lo arreglen, lo que hacen es botar basura. No tienen consideración. De los siete día que tiene la semana, yo vengo por lo menos tres o cuatro veces y cada día hay más basura», manifestó el sexagenario mientras recogía vísceras de pollo que utilizaría para darle sabor a la sopa que realizará el próximo domingo.
El testimonio de Aranguren confirma las denuncian que han realizado los habitantes de la zona; la Casa Rosada está sepultada al olvido. Dentro y fuera de la vivienda se puede observar bolsas repletas de comida podrida, perros muertos y desechos sangrientos de hospitales.
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Aunque algunos residentes reconocieron la infracción de tirar sacos, cartones, vidrio, ropa y hojas de papel en el lugar, también señalaron que si las autoridades locales no atienden este foco de contaminación en el que se convirtió la Quinta Rosada de Agua Viva, en la zona podrían presentarse focos de infección.
«Si no la van a restaurar, es mejor que la derrumbe y construyan otra cosa. No solo genera un foco de contaminación para las personas que vivimos aquí, sino que quienes pasan por acá de noche se convierte en un gran peligro porque los delincuentes se esconden allí y roban a los transeúntes», dijo una residente de Agua Viva.