Esta vez le tocó a Miguel Pizarro ser la víctima. Pizarro es uno de los políticos más inteligentes y sólidos que tenemos. Lo digo porque lo conozco.
A pesar de que sus declaraciones fueron meridianamente claras, las sacaron de contexto: “Mi papá fue guerrillero. Yo sé de cerca el daño que puede infligir la violencia como medio de acción política”. ¿Qué significa esto, sino que está EN CONTRA DE LA VIOLENCIA?… Sigue: “Yo estuve muy cerca de ellos (los muchachos) porque no quería que cometieran excesos, que el ímpetu del momento los llevara a convertirse en una suerte de lucha armada”: Pizarro conoce MUY BIEN los riesgos, el peligro y la sinrazón de la lucha armada. Pero yo estoy segura que lo que detonó la ira de tantos fue lo que dijo a continuación: “que ese mundo del sifrinazgo caraqueño que les metía plata y les daba comida y los increpaba para que hicieran cosas supuestamente heroicas en nombre de la libertad, cuando en verdad eran irresponsabilidades, tuvieran a alguien de la política que hiciera contrapeso y que hiciera pedagogía”.
A mí no me pueden tildar de izquierdosa, porque jamás lo he sido. Más bien, de lo que se me ha acusado en muchas ocasiones es de formar parte de ese sifrinazgo caraqueño, al que conozco bien. Y nadie me va a venir a decir que no hubo gente que buscaba a los muchachos, les daba de comer, los proveía de máscaras, les daba dinero, muchas veces en dólares. Un día que me estacioné cerca de la Plaza Altamira vi cómo se acercaban a los muchachos y los instaban a que arremetieran en contra de los guardias. Yo les decía que no hicieran eso, pero aquellos chamos se creyeron que eran unos héroes y algunos terminaron asesinados. ¿De quién es la culpa, de Miguel Pizarro? ¡Nada que ver! Pizarro los estaba protegiendo de que no los fueran a matar. Y estoy segura de que muchos que están vivos hoy, le deben la vida.
Pero claro, para ese sifrinazgo pendejo el que Pizarro sea hijo de un guerrillero lo inhabilita de por vida. Muchos de quienes aupaban a esos chicos a enfrentar a las fuerzas de seguridad del Estado tienen a sus hijos fuera del país. ¡Que maten a los hijos de otros! ¡Que maten a los muertos de hambre! Y tú, Miguel, sigue adelante con tus posiciones francas, claras y contundentes. Si los perros están ladrando, es porque avanzamos.
Carolina Jaimes Branger
@cjaimesb