Según la tradición, durante la persecución a los cristianos en los primeros siglos San Valentín ponía en riesgo su vida para unir a las parejas en matrimonio, por esta razón se le suele relacionar con el amor de pareja y se le recuerda como patrono de los enamorados.
En América del Norte adoptaron la costumbre de celebrar a este santo a principios del siglo XVIII y los 14 de febrero los enamorados se envían postales porque, según la creencia medieval procedente de Inglaterra y Francia, ese día a mediados del segundo mes del año, “todas las aves escogen su pareja”.
Actualmente es uno de los santos más conocidos en el mundo, además de ser una de las festividades de la Iglesia Católica más comercializada aunque muchos desconocen el origen de este santo y fue el Papa Gelasio quien estableció el 14 de febrero para honrar a San Valentín entre el año 496 y el 498.
Para los incrédulos, es un invento reciente de los comerciantes para incrementar sus ventas y obtener mayores ganancias a costa de los amantes pero el Día de los Enamorados es una celebración muy antigua que data del Imperio Romano.
Hacia el siglo III en Roma gobernaba el emperador Claudio II, quien prohibió los matrimonios de los jóvenes porque creía a los solteros sin familia mejores soldados, por tener menos compromisos. Valentín, sacerdote de la época, consideró injusto el decreto y desafiando al emperador, celebraba las bodas en secreto.
Claudio II se enteró de las bodas a escondidas y llamó a Valentín a palacio. El sacerdote aprovechó para hablarle del cristianismo y el emperador al principio mostró interés. Calpurnio, gobernador de Roma y el ejército lo persuadieron para quitárselo de la cabeza.
Intrigaron contra Valentín y el emperador ordenó encarcelarlo. Asterius, oficial encargado de apresarlo quiso ponerlo a prueba y lo retó a devolverle la vista a su hija Julia, ciega de nacimiento. En nombre de Dios el cura le dio la vista a la muchacha y su milagro conmovió a Asterius y su familia quienes se convirtieron al cristianismo.
Al final Claudio II ordenó que lo martirizaran y lo ejecutaran el 14 de febrero del año 270. Agradecida al santo, Julia plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba y desde entonces el almendro también es símbolo de amor y amistad duraderos.
Por sus matrimonios a escondidas San Valentín es reconocido como patrono de los enamorados y hace bastante tiempo es tradición en muchos países y se ha implantado el día de su onomástico, los 14 de febrero, Día del Amor y la Amistad.
A San Valentín lo asocian erróneamente con Cupido, personaje de la mitología romana y símbolo del deseo amoroso representado por un niño con alas y los ojos vendados, armado de arco y flechas. La versión más difundida cuenta que Cupido es hijo de Venus, diosa del amor, la belleza y la fertilidad y de Marte, el dios de la guerra.
Según la mitología romana, Venus, su madre, escondía al niño en el bosque porque Júpiter quería aniquilarlo. Cupido fabricó un arco con madera de fresno y flechas de ciprés, Unas tenían punta de oro, para conceder el amor, las otras de plomo para sembrar olvido e ingratitud en los corazones.
La festividad de San Valentín fue borrada del calendario eclesiástico en 1969, como parte de un intento por eliminar santos de origen posiblemente legendario, aunque siguen celebrándola algunas parroquias locales. También es venerado como santo por las iglesias ortodoxa, anglicana y luterana.
En 2014 el papa Francisco decidió participar en la celebración de san Valentín, en un intento por devolverle el sentido religioso a esta festividad surgida en principio para contrarrestar a las lupercales, consideradas paganas por la Iglesia católica.
Juan José Peralta