El juicio por corrupción en que está acusado el expresidente Rafael Correa y otras 20 personas, quedó suspendido el miércoles debido a que le defensa del exmandatario impugnó los tres jueces que integraban ese tribunal de la Corte Nacional de Ecuador.
El proceso no podrá continuar mientras otro tribunal de la misma corte no resuelva el pedido de la defensa que recusó al tribunal, lo que significa que a sus integrantes –Iván León, Iván Saquicela y Marco Rodríguez– no se les considera competentes para conocer la causa. Una posible decisión puede significar que ratifique al tribunal o que lo cambie.
El lunes inició el juicio, considerado histórico, no sólo porque está acusado Correa sino porque se juzga una elaborada trama de corrupción que habría logrado recaudar 7,79 millones de dólares pagados por empresas privadas que supuestamente buscaban contratos estatales a cambio de sufragar gastos del partido de gobierno Alianza País, campañas e incluso fiestas.
En caso de que Correa –de 56 años y que condujo con mano dura este país entre 2007 y 2017– sea declarado culpable, tendrá prohibido postularse para la presidencia o cualquier cargo de elección popular.
Su mandato se considera un periodo de estabilidad y crecimiento económico impulsado por un auge en los precios del petróleo y préstamos de China, que le permitieron expandir los programas sociales, construir carreteras, escuelas y otros proyectos que transformaron Ecuador. Sin embargo, gobernó con mano dura, silenciando o castigando a los críticos en los medios de comunicación, la oposición y el poder judicial, y en los últimos años, su legado se ha visto cada vez más manchado.
Entre los otros acusados está Jorge Glas, ex vicepresidente de Correa y quien actualmente cumple una sentencia de seis años por aceptar sobornos de Odebrecht, una empresa de construcción brasileña en el centro del escándalo de corrupción más grande de la región.