Los hechos de violencia que hizo el régimen, a través de presuntos trabajadores de Conviasa y colectivos, a la llegada de Juan Guaidó a Maiquetía, evidencian que Nicolás Maduro se encuentra desesperado porque es desconocido por la comunidad internacional democrática y, como responsable de la crisis que ha provocado en el país, cada día se encuentra más aislado.
La opinión fue formulada por el Dr. Joel Rodríguez Ramos, profesional del Derecho, docente y analista político, al ser entrevistado por Elimpulso.com.
A Nicolás Maduro, como a todo el régimen, el mundo se le viene encima. Le duele que la clase política de la primera potencia del mundo, en el Congreso de los Estados Unidos, se haya puesto de pie para aplaudir a Guaidó, después que el presidente Donald Trump haya reiterado que es el presidente legítimo de Venezuela. Y que la comunidad europea le haya confirmado su respaldo. Incluso, el presidente del gobierno español que le había sacado el cuerpo en la visita que hizo a Madrid, ahora ha ratificado el apoyo que le dio el año pasado.
Aunque el Tribunal Supremo de Justicia le había advertido a Guaidó que no podía salir del país, el legítimo presidente no tenía que aceptar una decisión de ese tipo porque una cosa es el poder y otra la facultad de conducir la justicia, ya que sus miembros fueron nombrados después de ser electa la nueva Asamblea Nacional, que debía proceder a la designación de los magistrados.
Inconstitucional
Sabe muy bien Maduro que no es legítimo porque le acomodaron el proceso, en el cual no participaron los candidatos de la verdadera oposición, porque algunos estaban inhabilitados y otros, en el exilio, agregó el jurista.
En la violencia desatada ayer participaron supuestos trabajadores de Conviasa, empresa sancionada por el gobierno de los Estados Unidos, ya que los auténticos empleados de esa aerolínea han denunciado que ellos no estuvieron en el aeropuerto.
Esa violencia, cometida ante los ojos de funcionarios uniformados, fue promovida por el régimen y es por eso que el director del aeropuerto, Carlos Vieira, nada hizo para impedir que los hechos sucedieran. Incluso, no sólo atacaron a Guaidó, sino también a su esposa, Fabiana Rosales, mujer indefensa. que acudió a recibirlo. Si hubiera llevado a su hija no es descartable que también habría recibido ataque físico.
Si el régimen, que está siendo cuestionado universalmente, quiere limpiar su cara, lo primero que debe hacer es liberar a 400 presos políticos, dejar que sea escogido un nuevo proceso electoral y se celebren elecciones, en las cuales Maduro, con toda la osadía que lo caracteriza, puede lanzarse como candidato. Si no lo hace, como no lo hará, será porque sabe que perderá de calle.