Las fuerzas de seguridad libanesas emplearon este martes gas lacrimógeno para dispersar a miles de manifestantes que bloqueaban las calles cerca del parlamento en Beirut, donde el nuevo gobierno presentaba su proyecto legislativo antes de un voto de confianza.
Los manifestantes lanzaron piedras a las fuerzas de seguridad e intentaron cortar el paso a los legisladores, demorando el inicio de la sesión. Un grupo de personas prendió fuego después a un banco en el centro de la ciudad. Más de 200 personas, incluido un legislador, resultaron heridos en los disturbios. Algunos fueron trasladados al hospital para recibir tratamiento.
Líbano está inmersa en su peor crisis económica y financiera en décadas. La policía hizo un fuerte despliegue de seguridad en la zona y las fuerzas especiales y policías antimotines despejaron con rapidez carreteras cortadas por los manifestantes.
“No hay confianza”, corearon algunos activistas. Estaba previsto que la sesión se prolongara hasta el miércoles.
El primer ministro, Hassan Diab, comenzó el acto leyendo una declaración de 16 páginas sobre un plan de rescate para intentar sacar al país de su crisis económica y financiera, la peor desde la guerra civil entre 1975 y 1990.