Los fiscales dieron inicio este lunes a lo que algunos califican como el juicio del siglo de Ecuador en contra del expresidente Rafael Correa y otros 20 políticos de alto rango y líderes empresariales acusados de operar una multimillonaria red de corrupción.
De ser declarado culpable, el hombre que llevó las riendas de Ecuador durante una década podría tener prohibido postularse para el cargo nuevamente, poniendo fin a uno de los legados políticos más largos y polémicos del país.
“Tiene una presencia de mucho peso en la política ecuatoriana”, comentó Simón Pachano, profesor en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de Ecuador. “Por lo tanto, lo que suceda con él tiene mucha repercusión en lo que pasa en el país”.
El expresidente de 56 años está acusado de ser parte de una trama en la que empresarios extranjeros y locales hacían pagos en efectivo al partido político Alianza País, al que pertenece Correa, a cambio de lucrativos contratos de obras públicas.
Los pagos supuestamente fueron realizados entre 2012 y 2016, años que coinciden con la época en que Correa fue presidente. El exmandatario rechaza las acusaciones, que vincula con una cacería de brujas motivada políticamente.