El perro es el mejor amigo del hombre, y para el venezolano, esta es un afirmación bastante acertada. Una gran cantidad de familias del país tienen en sus hogares a un canino, pero ante la crisis económica por la que atraviesa la nación, es una tarea difícil poder brindarle la atención que cada uno de estos animales requiere.
La hiperinflación abarca en todos los sectores, y los productos de alimentación de los perros, no escapa de ello. Actualmente, un kilo de perrarina está tasado en Bs. 90.000, sin embargo, la perrarina de marcas reconocidas, podría tener un costo de hasta Bs. 250.000.
Cifras que, para el bolsillo del venezolano, resulta sumamente costoso, tomando en consideración que el salario mínimo integral es de Bs. 450.000, y con esta cantidad de dinero, el ciudadano debe esforzarse en cubrir sus necesidades básicas como: Alimentarse, vestirse y cubrir el gasto de los servicios que consuma.
Por otra parte, los caninos no solo necesitan la atención alimenticia, sino que estos también requieren de un cuidado en su higiene y salud:
La consulta médica, que por lo general debería hacerse en los perros domésticos cada tres meses, tiene un costo de Bs. 150.000, mientras que el precio para atender a los caninos con baño, corte de cabello y de uñas, está tasado hasta en Bs. 375.000; es decir: El 83,33 % del salario mínimo integral de un ciudadano venezolano.
Mientras que en el ámbito de salud, los perros requieren de un proceso de vacunación que podría ser semestral o anual. Actualmente, la vacuna séxtuple, que incluye desparasitación y antirrábica, tiene un costo de hasta Bs. 1.125.000, teniendo un precio de casi tres veces un salario mínimo integral.