La gerente de Wushang Mart, en Wuhan, la aislada ciudad que está en el centro del brote de un nuevo virus en China, dice que en sus estanterías hay un 50% más de verduras y otros alimentos que lo normal a fin de tranquilizar a los clientes nerviosos.
Los líderes comunistas están intentando mantener el flujo de alimentos hacia las superpobladas ciudades chinas a pesar de los controles por el brote. Buscan frenar el temor a una posible escasez y el aumento de los precios tras las compras de pánico registradas tras el cierre de la mayoría de los accesos a Wuhan el pasado 23 de enero.
Los empleados de Wushang Mart usan mascarillas y trajes de protección. Los clientes se limpian las manos con desinfectante y se les monitorea la temperatura para detectar fiebre, un indicio de la presencia del virus, explicó la responsable del establecimiento, que se identificó solo por su apellido, Lu.