Este 13 de febrero por decisión de la UNESCO, celebramos otra edición del Día Mundial de la Radio. Un homenaje al medio de comunicación de mayor audiencia y poder de penetración. Una plataforma comunicacional con mucha vida aún,pero subutilizada.
Ese gigante dormido tiene en el periodista norteamericano Edward R. Murrow al creador de su periodismo. Un género al cual designó como temporal.La celebración la asumimos entonces por doble partida.
Así pues, cada medio de comunicación tiene su propio lenguaje para la emisión de mensajes. Es por ello que la radio posee el suyo con sus particulares elementos, entre estos la palabra.El uso adecuado de sus códigos es la garantía de la necesaria eficacia que facilita el interés del oyente en lo que se transmite.
Por lo que es totalmente diferente escribir para los periódicos, televisión, internet y la radio. En los impresos, por ejemplo, prevalece la tradicional pirámide invertida con el leed y las oraciones largas con cláusula. En la radio es todo lo contrario, con frases cortas, sencillas y precisas sin rebuscamientos o pretensiones literarias como ocurre en el libro.
Tras la aparición de la radio KDKA, en noviembre de 1920, en Estados Unidos, los nacientes noticiarios fueron hechos con lecturas de las noticias de los impresos del día. La situación se complica luego a consecuencia del veto que los dueños de los periódicos imponen a la radio por el lapso de 19 años.
Es decir, que los primeros informativos radiales no tuvieron lenguaje propio sino prestado de los diarios concebidos con un código comunicacional para el ojo humano y no el oído. Una distorsión que persiste en Venezuela con lecturas de periódicos e internet sin procesamiento radiofónico. Esa atrasada práctica es la del periodismo reflejo, la negación del periodismo temporal propio de la radio.
Impulso al periodismo radial
En ese contexto, en 1935, incursiona en la radio el norteamericano Edward R. Murrow (25/5/1908 –27/5/1965) a quien la CBS nombra en 1937 su director de la Oficina Europea en Londres.
En 1939 la Segunda Guerra Mundial lo sorprende en la capital inglesa por lo que le asignan la responsabilidad de cubrirla como corresponsal para Estados Unidos y Canadá por emisoras de onda media y corta. Su voz y relatos sobre el conflicto bélico se hacen familiares para el público oyente de ambos países que escucha con atención sus reportes en su descriptiva voz con preferencia por la modulación gramatical.
Es la gran oportunidad para que Murrow ponga en práctica su innato talento para el periodismo radial.A su equipo de trabajo lo exhorta a desechar los periódicos y teletipos cuyos contenidos consideraba impersonales y fríos con técnicas incompatibles con la radio. Así se lo hace saber a redactores, narradores y reporteros quienes trabajaron con las uñas por los pocos recursos técnicos disponibles, entre estos grabadores y sonidos. Entonces, las labores informativas las cumplen locutores con exigua capacitación, pero mucha intuición, creatividad y voluntad por la práctica diaria ante el micrófono.
Con una licenciatura de oratoria y apenas un año de experiencia tiene unos dotes naturales para la producción y el periodismo radial. Conoce del valor emotivo, intimo, instantáneo y expresivo del medio al igual que el cineasta Orson Welles, quien conmociona a EEUU en octubre de 1938 con su célebre radioteatro La Guerra de los Mundos.
Escribir para el oído
En consecuencia, llama a redactar con precisión para el oído con lenguaje coloquial sustentado en oraciones cortas y sencillas con uso de imágenes sonoras.
En cuanto a los tiempos enfatiza en el presente con verbos de acción y contundentes, visto que en la información radial es un anacronismo usar el pasado. Es más, hay especialistas que sostienen que el pasado no existe en radio, solamente el presente al informar y hacer locución.Fue de los primeros en liberarse del hábito de la letra impresa en la radio. Por lo que sus revolucionarias técnicas de trabajo son adoptadas por emisoras del género informativo de Estados Unidos y Europa.
Su creatividad para la radio lo lleva a priorizar los sonidos antes que la palabra para luego narrar con la voz. Eso es lo que hace cuando transmitía ante el micrófono el estallido de una bomba, por ejemplo. Sus relatos tienen toda la fuerza de la oralidad y efectos que requiere el oído en radio. Cuando escribe utilizaba frases sencillas, compresibles por cualquier público y sin efectismos.Uno de sus legados consiste en saberle imprimir coherencia y continuidad a la noticia de comienzo a fin. Así evitaba el riesgo de perderle el interés por errores de redacción, montaje, improvisación o lectura monótona causada por una sola voz.
Murrow nos recuerda la necesidad de un periodista con capacidad para la improvisación, oportuno. corregir y comentar sobre la marcha con los pocos o todos elementos de la noticia a la mano. Un desafío que reclama: vocación, condiciones naturales y capacitación académica u autodidáctica.
Sentido de fugacidad y ventaja
Sin duda, supo comprender que cuando se escribe y habla para la radio hay que hacerlo consentido de ventaja para captar la atención del oyente, pues se trata de un medio temporal y no espacial como el periódico que permite pausas y saltar de una noticia a otra. La radio es pura imaginación y emoción y no sólo lo racional, como lo plantea el peruano Mario Kaplún en su libro Producción de Programas de Radio(1978).Son variables con las cuales debe jugar certéramente el personal participante en un espacio informativo.
Con Murrow cambia radicalmente el modo de hacer periodismo radiofónico. Su mayor contribución fue enseñarnos a escribir y hablar con eficiencia valiéndonos de sus particulares signos. Redactar oraciones fáciles de seguir por el oyente, acompañadas con el “estilo” de la reiteración de acuerdo con Ángel Ara en Los clásicos y el micrófono (1967). También entrada, dato principal, remate y descripción vigorosa al estilo de Ernest Hemingway. Obrar siempre orientados por el infaltable “aquí y ahora” que dotan de originalidad y actualidad la noticia por radio.
La significación y sentido de la gesta de Murrow es el forjamiento del periodismo temporal que caracteriza a la radio.
Desconocido en Venezuela
Lamentablemente, Edward R. Murrow es un desconocido en el medio de las antenas y aulas universitarias de Venezuela. Son pocos los que saben de su obra y trayectoria. En la radio periodistas y locutores usan diariamente sus aportes conceptuales y teóricos a este género radial; pero ignoran que el arte de hacer periodismo radial se le debe a su persona.
En la televisión venezolana el único que lo recuerda con admiración es el periodista Walter Martínez en su espacio Dossier. Sobretodo,en su condición de corresponsal de guerra en Europa cuando labora para la CBS.
En los medios académicos y universitarios ocurren lo mismo.Lo comprobamos en nuestra experiencia en las aulas de educación superior regionales. En una ocasión trabajamos con un grupo de alumnos en número aproximado de cincuenta. El caso es que ninguno sabía sobre su persona al igual que los docentes.
El asunto llega al colmo de una joven profesora que lo descalificó considerándolo obsoleto sin conocer su obra. Eso es como pretender dedicarse a la historia de Venezuela descartando de antemano a Simón Bolívar y los héroes fundacionales de la patria.
Vigencia de su herencia
Con todo, en universidades europeas es estudiado con interés. La periodista española Eva Comas Arnal, ha investigado sus crónicas y reportajes recordándonos su paso por la radio con el aporte de un creador.Ello demuestra la vigencia de su legado.
En América Latina sus técnicas y métodos de trabajo los ha seguido la radio colombiana cuyos mejores exponentes son CARACOL y RCN. Son dos emisoras especializadas en la transmisión de noticias las 24 horas del día sin subordinación alguna a otros medios, entre estos los periódicos. Su periodismo es de naturaleza temporal con permanentes actualizaciones más un concierto de voces. Periódicos y largas cuartillas son parte del pasado. Mientras que los contenidos de internet son debidamente adaptados para radio.El verdadero periodismo radial por la diversidad de dispositivos, entre estos la convencional onda hertziana por AM.
¡Feliz Día Mundial de la Radio!
Freddy Torrealba Z.
@freddytorreal11