El martes 4 de febrero, un grupo de militares ejecutó un intento de golpe de Estado en Venezuela contra el entonces presidente constitucional Carlos Andrés Pérez. Si, hace 28 años quienes gobiernan actualmente enarbolaron la bandera de la libertad, de la justicia social, de la igualdad, del amor a un país y a una población que a pesar de todo era próspero, pujante y trabajador. Pero que en realidad había una crisis económica muy fuerte. Entonces, se inició un proceso que más tarde los ubicó en puestos de gobierno donde han cumplido más de 20 años. Millones de personas los auparon y los llevaron al poder. Había un entusiasmo tremendo al creer y estar convencido que Venezuela había decidido traer a funciones de gobierno a los mejores. Pero el tiempo ha demostrado que son más de lo mismo de lo que existía antes o peor aún.
Esto solo nos demuestra como la esperanza del hombre en el hombre es efímera. Es “vanidad”. El rey Salomón. El hombre más sabio de la tierra acuñó esa palabra en el Libro Sagrado. “Miré todas las obras que había hecho, y el trabajo que tomé para hacerlas; y vi que todo era vanidad y correr tras el viento, sin provecho debajo del sol.” Ecl.2:7-11. “Vanidad” viene del Hebreo Hébel, «suspiro», «nada». Su significado original es «aliento» o «vapor». “¡Cuán transitoria es nuestra vida!.
Lo que queremos decir es que los seres humanos en general. Y los venezolanos de siempre, no escapamos a la tentación de seguir poniendo nuestra esperanza de vivir bien en hombres o políticos de turno. Quienes sobre la base de una publicidad bien planteada nos hacen creer que ellos son la solución a nuestras necesidades. Y período histórico tras período histórico siempre caemos en la trampa. Siempre pasa lo mismo. Los hombres cuando acceden al poder se les olvida los compromisos adquiridos y la voracidad materialista los absorbe. Esto siempre será así por cuanto vivimos en un mundo de pecado que fuerza las voluntades de los individuos y los aparta de la verdadera justicia que es Cristo Jesús. O sea, todo lo que ofrecen los hombres es vanidad…efímero.
Es tiempo entonces de hacer cambios en nuestras vidas y poner nuestra atención en asuntos trascendentales, eternos, inamovibles, por cuanto es lo que va a darnos verdadera paz y tranquilidad. No tenemos facultad para interpretar la Palabra de Dios por cuanto ella se interpreta a sí misma. Creer lo contrario sería peligroso, estaríamos poniendo nuestro criterio, nuestro yo, por encima de Dios. Cuando en el libro de Daniel leemos la extraordinaria sentencia sobre el poder del Altísimo. “El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos”Dan.2:21. Es un evento que se desarrolla a lo largo de toda la historia de la humanidad. Y surge una pregunta. ¿Por qué el Salvador nace durante el gobierno más atroz que haya conocido la antigüedad? Se necesitaba la “Paz Romana” para la difusión del Evangelio por todo el mundo. Y se cumplió. ¿Por qué Dios permite los pueblos sufran situaciones difíciles con los malos gobiernos? Eso queda para nuestro discernimiento.
¡Hasta la semana que viene por la WEB Dios mediante!
William Amaro Gutiérrez
