Consecomecio: El Petro convertido en gasolina para la depreciación del bolívar

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El Petro o criptoactivo oficialista, se ha convertido en una inyección de combustible que ha contribuido a impulsar la depreciación del bolívar, de acuerdo con el criterio sustentado por la Comisión de Economía de Consecomercio, que advierte que la experiencia del Petroaguinaldo en diciembre, que aun tiene a los comerciantes a la espera de la liquidación de las mercancías que vendieron en navidad, genera desconfianza en el Petro y afecta su “consolidación de futuro”.

La comisión de expertos, recuerda que a mediados de diciembre del año pasado, el Ejecutivo Nacional asignó más de 4 millones de petros a más de 8 millones de beneficiarios, incluyendo pensionados y trabajadores del sector público, a razón de 0,5 petros por persona (equivalentes a alrededor de 30$). Dichos petros podían ser utilizados para la compra de productos y servicios en establecimientos comerciales que contaran con la plataforma Biopago del Banco de Venezuela. En estas transacciones, el cliente pagaba con petros y el comercio recibía los bolívares equivalentes 24 horas después de la transacción.

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Destacan que en gran medida, a raíz de la inyección de bolívares que implicó la emisión de petros, el tipo de cambio no oficial presentó un incremento de más de 30% en los tres primeros días de enero. En consecuencia, el Banco de Venezuela suspendió temporalmente el uso del monedero petro, argumentando que realizarían un “mantenimiento de la plataforma”, que hasta los momentos no ha sido reactivada.

Revelan asimismo, que según la consultora Aristimuño Herrera & Asociados, quedan pendientes aproximadamente 114 millones de dólares en consumos no realizados, porque los beneficiarios no pudieron hacer uso de los petros que le fueron acreditados en diciembre. Por lo tanto, es de esperarse que, de retomarse el funcionamiento de la plataforma, el tipo de cambio presente una considerable presión al alza.

Consecuencias para los comercios

Aseguran que la incesante incertidumbre con relación al petro, ha traído consecuencias negativas no sólo para los consumidores, sino también para los comercios.

La mayoría de los comerciantes que recibieron pagos en petros todavía se encuentran a la espera de la liquidación de los bolívares por parte del Banco de Venezuela. Esto le genera a los negocios dificultades en el manejo del flujo de caja, complicaciones en la reposición de inventario y pérdidas cambiarias debido a la depreciación de la moneda en las primeras semanas de enero.

Además, afecta la confianza de los consumidores y empresarios en el petro, dificultando aún más su consolidación a futuro.

La Comisión de Economía de Consecomercio, integrada por los economistas y asesores Andrés F. Guevara, José Miguel Farías, Rednaxela Sequera y Antulio Moya, asegura que está claro que el gobierno ha articulado, por la vía legal, una estrategia clara de masificación del petro en la economía venezolana; sin embargo, persisten graves incertidumbres sobre la viabilidad de esta nueva unidad monetaria, incluso en sus definiciones más básicas.

El peligro de los controles

Otro de los aspectos evaluados por la Comisión de Economía de Consecomercio, es el relativo a los controles y a los riesgos que implica para el aparato productivo nacional.

Admiten que es innegable que en los últimos meses del año 2019, se produjo una disminución y desaplicación fáctica de los controles de precios, pero en el comienzo del año 2020 se pudo observar la reactivación de la Superintendecia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (SUNDDE).

Si bien, hasta donde se tiene conocimiento, en esta ocasión, la SUNDDE sólo realizó exhortaciones a algunos comercios puntuales a no realizar ajustes excesivos de precios, y no se han llevado a cabo operativos y fiscalizaciones a gran escala como en años anteriores, es necesario llamar la atención sobre la importancia de permitir que los precios para la actividad
comercial sean libremente determinados por el mercado.

Advierten los expertos, que solo un sistema en el que impere el intercambio libre de la oferta y la demanda, permitirá superar la crisis de desabastecimiento y escasez de bienes y servicios. Al mismo tiempo, se elimina la existencia de mercados negros, perniciosos para la vida económica del país y para la supervivencia de la corrupción por parte de las autoridades.

Aseguran que aun cuando el tipo de cambió ha sufrido un alza importante en el primer mes del año 2020, y ello incide –pero no determina en su totalidad- el precio de los bienes y servicios en la economía venezolana, es imperativo recordar que no son los comerciantes directamente quienes ocasionan el alza de los precios, puesto que no tienen la potestad de manejar ni controlar la política monetaria del país.

En tal sentido, es necesario recordar que nuestra economía debe proceder a reformar una serie de aspectos macroeconómicos de forma armónica, que lejos están de la reactivación o resurrección de la Ley Orgánica de Precios Justos.

El llamado, es a permitir y fomentar la empresa privada, para que el emprendedor, creyente en el país, pueda desarrollar al máximo
su potencial en Venezuela, y servir con ello para el beneficios del
resto de los ciudadanos.

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