Al celebrarse un año más de la fundación de Cabudare, el cronista de la parroquia Agua Viva, José Luis Sotillo, señaló que ese centro urbano no se encuentra precisamente en sus mejores momentos y que allí el concepto de ciudad se ha perdido ante el deterioro de sus estructuras y la grave crisis social política y económica que afecta al país.
Al arribar a los 202 años de su fundación, la capital del municipio Palavecino está más aislada que nunca, pero no en distancia, sino en atención y preocupa especialmente el estado en el cual se hayan muchas de las estructuras que conforman el patrimonio histórico local.
Así lo señalo José Sotillo, quien indicó además que si bien recientemente fueron remozados algunos espacios como el puente Nicolás Patiño y la plaza La Ceiba, muchos otros lugares no han tenido la misma suerte.
Muestra de ello es el antiguo trapiche papelonero de Tarabana y la capilla Las Mercedes del antiguo camino real que comunicaba a Barquisimeto. Ambas estructuras se encuentran abandonadas en su máxima expresión, indicó el cronista de Agua Viva.
Otra estructura que pese a haber sido sometida a una restauración la misma nunca se culminó es la llamada Casa Rosada. Los trabajos de recuperación de esa estructura fueron abandonados y no se sabe cual va a ser su suerte.
«No se busca la compenetración del ciudadano con su entorno, se ha perdido el sentido de pertenencia y a muchos no les importa lo que se hace en el municipio», indicó el declarante quien acotó que peor aún, cuando se logra hacer algo, esa misma inconsciencia lleva al daño y desvalijamiento de las estructuras y espacios públicos.
Igualmente denunció daños ecológicos perpetrados en la zona rural y especialmente en el Parque nacional Terepaima. Allí la deforestación ha dañado algunos importantes acuíferos y no hay autoridad que le ponga coto al asunto.
Todas estas acciones han llevado a la emigración del municipio, especialmente problemas como los constantes racionamientos eléctricos, sin hablar de otras deficiencias como mala vialidad, deficiente sistema de aseo urbano y carencia de agua potable y gas doméstico, entre otros. En esas condiciones Cabudare celebra un nuevo aniversario