China aisló este jueves de la ciudad de Wuhan a más de 11 millones de habitantes tras cancelar el transporte y advertir sobre las concentraciones públicas en un intento por frenar la propagación de un nuevo virus mortal, el cual ha infectado a centenares de personas y se ha extendido a otras ciudades.
La policía, equipos especiales y efectivos paramilitares vigilaban la estación ferroviaria de Wuhan. Justo a las 10 de la mañana se instalaron barreras de metal frente a las entradas, donde se arremolinaban personas que intentaban viajar.
Las personas que reservaron boletos de tren después de la fecha límite fueron rechazadas, y varias se quejaban de que no les avisaron y ahora les era imposible movilizarse.
Los habitantes de la ciudad parecían continuar con sus actividades diarias al tiempo que adoptan medidas preventivas. Los asistentes médicos llevaban trajes protectores afuera del Centro de Tratamientos Médicos de Wuhan, que atiende a algunos pacientes con enfermedades respiratorias virales.