Lamento que Alexis Lamazares, con quien he tenido una amistad de muchos años y mantuvo una posición de rechazo al régimen, haya sido reclutado por el grupo de Luis Parra, para que se preste a formar un quórum que nunca tuvo la maniobra hecha por el oficialismo para tomar una Asamblea Nacional paralela a la legítima presidida por Juan Guaidó.
Al expresar su opinión, el diputado Guillermo Palacios, suplente de Edgar Zambrano, dijo que el cuerpo diplomático estuvo el 5 de enero en el palacio legislativo para el inicio del último año del período legislativo y abandonó el recinto cuando se percató que se estaba incurriendo en un golpe de Estado contra la Asamblea Nacional.
Ese mismo cuerpo diplomático se hizo presente en la sesión celebrada la tarde de ese día en el auditorio de El Nacional y pudo constatar que se produjo una elección real, en la cual cada uno de los cien diputados se levantó al ser nombrado y no a mano alzada.
En el palacio legislativo no hubo sesión, ni elección y pude presenciar cuando el cuerpo diplomático se fue, confesó Palacios. Ahora el régimen quiere lavarse la cara y el grupo de Parra, desesperadamente, busca captar a dirigentes políticos que suplanten a los diputados principales o suplentes, como ha pasado con Lamazares, quien ha dado un salto al vacío y acabó con su futuro político, porque no sólo hizo el papel de Judas, sino que se agregó a unos individuos señalados como corruptos que estuvieron haciendo gestiones en defensa de empresarios sindicados de cometer delitos con la misión de las cajas Clap. El oficialismo de esa forma logró 16 diputados.
Persecución
Palacios denunció que el régimen cada día intensifica la persecución contra los diputados de la legítima Asamblea Nacional, porque no sabe cómo desaparecerla.
Los funcionarios represivos secuestraron el martes al diputado Ismael León, quien el lunes había asistido a la reunión preparatoria de la sesión que hubo el martes en Cumbres de Turumo.
Decenas de uniformados armados, en parejas de motorizados, trataron de apoderarse de equipos y documentos de la sesión, cuando los parlamentarios regresaban hacia la plaza Altamira, pero no pudieron lograr su objetivo porque la caravana maniobró para impedirlo.
El allanamiento de la oficina de Guaidó por esos cuerpos represivos demuestra que el régimen insiste gravemente en sus agresiones contra la oposición.
