La evidencia indica que es “sumamente probable” que un misil antiaéreo iraní haya derribado un avión comercial ucraniano cerca de Teherán la noche del martes, informaron funcionarios de Estados Unidos y Canadá el jueves. Aseguraron que el impacto, en el que murieron las 176 personas a bordo, pudo ser un error en medio de los ataques intencionales y las tensiones en toda la región.
El incidente ocurrió apenas unas horas después de que Irán lanzó un ataque balístico en contra de bases militares iraquíes en las que había tropas estadounidenses estacionadas como parte de una confrontación con Washington debido al ataque de un dron estadounidense que abatió a un general de la Guardia Revolucionaria de Irán.
Cuatro funcionarios estadounidenses, que hablaron bajo condición de anonimato a fin de discutir material delicado de inteligencia, señalaron que no tienen certeza sobre la intención de Irán y que la aeronave pudo ser confundida con una amenaza.
El primer ministro de Canadá Justin Trudeau, cuyo país perdió al menos a 63 ciudadanos en el incidente, dijo el jueves en conferencia de prensa desde Ottawa que “tenemos inteligencia de varias fuentes, incluyendo de nuestros aliados y propia. La evidencia indica que el avión fue derribado por un misil iraní tierra-aire”.
Horas antes, el presidente Donald Trump insinuó que creía que Irán era responsable de la caída del avión, pero no culpó directamente a los iraníes. Descartó la afirmación inicial de Irán de que se trató de una falla mecánica.
“Alguien pudo cometer un error de ese lado”, dijo Trump al resaltar que el avión volaba por “un vecindario bastante rudo”.
“Algunos dicen que fue mecánico”, añadió. “Personalmente creo que ni siquiera está en duda”.
Los funcionarios estadounidenses no revelaron qué tipo de inteligencia indicó que se trató de un misil iraní. Pero reconocieron la existencia de satélites y otros sensores en la región, así como la posibilidad de interferencia en las comunicaciones y otros recursos similares.
Otros dos funcionarios estadounidenses señalaron que la inteligencia que indicaba la posibilidad de la responsabilidad iraní se volvió más clara durante la madrugada del jueves.
Se desconoce por el momento de qué forma reaccionarían Estados Unidos y sus aliados al derribo de un avión. Entre los muertos hay al menos 63 canadienses y 11 ucranianos.
A pesar de los esfuerzos de Washington y Teherán por evitar una posible guerra, la región permanece en vilo después de la muerte del general iraní y el ataque de misiles iraníes en represalia. Las tropas estadounidenses se mantienen en alerta.
La evaluación más reciente se presenta apenas un día después de que el secretario de Defensa Mark Esper y el general del Ejército Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, dijeron que no habían tenido la oportunidad de revisar la inteligencia respecto al incidente. Ambos pasaron buena parte del día en la Casa Blanca y el Capitolio informando al gobierno sobre la muerte del general Qassem Soleimani y la respuesta iraní.
Un reporte preliminar iraní difundido el jueves señaló que los pilotos del avión siniestrado nunca hicieron un llamado de ayuda y que la aeronave intentaba volver al aeropuerto cuando se desplomó. En tanto, Ucrania señaló que consideraba el ataque de misiles como una de varias teorías posibles en el incidente, a pesar de la negativa iraní.
El reporte iraní insinúa que una emergencia repentina afectó al Boeing 737 operado por Ukranian International Airlines al momento del accidente, apenas minutos después de despegar del Aeropuerto Internacional Imam Khomeini de Teherán.
Investigadores de la Organización de Aviación Civil de Irán no han ofrecido una explicación del desastre. Las autoridades iraníes atribuyeron inicialmente el incidente a una falla técnica, algo que las autoridades ucranianas respaldaron, pero después se retractarse diciendo que no harían especulaciones durante la investigación.