Habitantes del estado Mérida se encuentran consternados por el asesinato y abuso sexual de dos menores de edad, hechos violentos y sangrientos registrados el pasado 6 de enero, Día de Reyes.
Este doble asesinato no solo conmocionó a las autoridades locales y nacionales, sino a la Arquidiócesis de Mérida quienes a través de un comunicado expresaron su repudio ante la muerte violenta y absurda de estas niñas.
«No podemos acostumbrarnos a ver las muertes violentas como algo natural que no nos llame a una reflexión más profunda. Perder el sentido de la dignidad de la vida, pensar que puedo abusar y aprovecharme de la vida de unas menores, y luego, sin escrúpulos ocasionarles la muerte, es un crimen que requiere ser visto con atención. El lenguaje de violencia y odio, la permisividad que deja todo crimen en la impunidad porque no existe sino la ley de la selva en la que cada quien hace y deshace a su saber y entender, hace de Venezuela una fábrica de cadáveres porque la vida no vale nada, no sólo para los criminales, sino también para las autoridades, nos convierte en una sociedad primitiva en la que triunfa el más fuerte, sin que haya la defensa del más débil», señala parte del comunicado.
Medios de comunicación de ese estado reseñaron que la joven de 16 años desapareció y fue hallada muerta carbonizada dentro de una maleta. Los responsables de este homicidio, después de quitarle la vida, le prendieron fuego.
Sobre el caso de la niña de 9 años, se conoció que un adolescente de 16 años llevó la fuerza hasta la residencia de su tía. Una vez en el interior de la habitación, la amordazó con un trapo, abusó sexualmente de ella y le causó múltiples lesiones en la región del cuello con una tijera, que le causaron la muerte. Trascendió que la abuela estaba a cargo del cuidado de la niña, debido a que sus padres emigraron a Perú para ayudar con los gasto de la casa.