Una serie de cohetes han sido disparados la noche de este martes contra la base aérea de Ain Al Asad, en el oeste de Irak, donde están desplegadas tropas estadounidenses, de acuerdo con fuentes gubernamentales de Estados Unidos citadas por las agencias Reuters y AFP. El ataque ocurre después de que grupos armados proiraníes en Irak prometieron unir fuerzas para responder al ataque realizado por un dron estadounidense el viernes pasado en Bagdad, que mató al influyente general iraní Qasem Soleimani y el jefe militar iraquí Abú Mahdi al Muhandis.
El Gobierno de Irán ha iniciado la operación Mártir Soleimani y se ha atribuido el ataque, según Bloomberg, que cita a la televisión estatal del país asiático. Teherán ha amenazado con «respuestas aún más devastadoras» en caso de un nuevo ataque de Washington. Los primeros informes dan cuenta de que fueron más de una docena de proyectiles los que impactaron la base, que se encuentra a poco más de 200 kilómetros de Bagdad, de acuerdo con el Pentágono.
En Irak hay al menos 6.000 soldados estadounidenses y es el quinto país de Oriente Próximo con más tropas solo detrás de Afganistán, Catar, Kuwait y Bahréin. Tras la escalada de tensiones en los últimos días, el Pentágono anunció que enviará 3.500 tropas a la región para apuntalar los puestos estadounidenses. La Casa Blanca ha anunciado que el presidente, Donald Trump, ya ha sido «informado» del ataque y analiza la situación con su Gabinete de Seguridad. «Estamos al tanto de los informes sobre los ataques contra los puestos militares estadounidenses en Irak», ha dicho Stephanie Grisham, portavoz del Gobierno estadounidense.