Funcionarios estadounidenses se alistan para la respuesta de Irán a la muerte de su general más poderoso, debido al incremento en la preparación militar dentro del país y a la posibilidad de un “ojo por ojo” que amenace la vida de un comandante militar de Estados Unidos.
El presidente Donald Trump ordenó el ataque del 2 de enero en contra del general Qassem Soleimani, jefe de la fuerza élite iraní conocida como Brigadas Quds, después del asesinato de un contratista estadounidense en Irak.
Mientras llegan a su fin las enormes manifestaciones de luto público en Irán por el fallecimiento de Soleimani, las autoridades creen que los siguientes pasos determinarán el desenlace de la crisis más reciente.
Mientras las autoridades señalan que la inteligencia estadounidense no tiene claro si los movimientos militares más recientes de Irán tienen el objetivo de reforzar las defensas de Teherán o de preparar una ofensiva, Estados Unidos continúa reforzando sus posiciones en la región, incluyendo el reposicionamiento de algunas tropas.
El secretario de Defensa Mark Esper dijo que no se ha tomado una decisión sobre el retiro de tropas de Irak. Facciones proiraníes en el Parlamento iraquí han presionado por la salida de las fuerzas estadounidenses después del abatimiento de Soleimani en territorio iraquí.