Tras el ataque de Estados Unidos, Irán prometió tener “fuertes represalias” tras la muerte del general Qassem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds, los equipos de élite de la República Islámica, supone una importante escalada en el enfrentamiento entre Washington y Teherán, que han ido encadenando una crisis tras otra desde que el presidente Donald Trump decidió retirarse del acuerdo nuclear de 2015 e imponer paralizantes sanciones económicas
El incidente disparó las tensiones entre las dos naciones rivales. En Irak hay aproximadamente 5.200 soldados estadounidenses que colaboran en la formación de las fuerzas locales y en la lucha contra el grupo extremista Estado Islámico.
Ante este ataque y cualquier posible represalia de Teherán podrían avivar un conflicto que salpica a toda la región y poner en peligro a las tropas de Estados Unidos en Irak, Siria y otros países.
En las dos últimas décadas, Soleimani había creado una red de poderosas milicias armadas que se extendía hasta Líbano, a las puertas de Israel.