Los niveles de pobreza alcanzaron al 85% de las familias y el desempleo e informalidad son un 63% del total de la masa laboral del país, la cual se estima en quince millones de trabajadores, o sea que casi diez millones no tienen un empleo estable con goce de las prestaciones y otros beneficios laborales.
Se estima que son los mayores niveles de informalidad y desempleo de los últimos 70 años.
Para determinar los niveles de pobreza tomamos el valor de la canasta alimentaria como referencia, considerando que todas las familias con ingresos mensuales totales por debajo de su valor son considerados pobres. Esta se estima alcanza su valor en el mes de diciembre por encima de los diez millones de bolívares.
El desempleo su media nacional alcanza el 13%, siendo la gran Caracas la de menor nivel estimando este en un poco más del 10%, pero en las regiones de los llanos, andes y oriente supera el 15%.
Encontramos que la zona de paria en el estado Sucre alcanza el 20%, así como las comunidades colindantes alrededor del eje Orinoco-Apure.
La informalidad es más del 50% son todos los que trabajan eventualmente, contratados o ejercen la economía informal, en la zona metropolitana baja a un 45%, pero en las regiones alcanza hasta más del 55%.
Lo que se observa es que es en la zona metropolitana donde se concentra el mayor volumen del gasto público del país. Mientras en las regiones se hace evidente su reducción.
Esto se observa en la contracción de la economía nacional reflejado en la caída del producto interno bruto PIB, el cual se estima alcance a más de un 30% en el 2019. Estos niveles son causados principalmente por la caída de la producción de las empresas públicas.
Los preocupantes niveles de pobreza, informalidad y desempleo, demuestran la gravedad de la crisis social que nos envuelve, reflejada en las limitaciones que afectan a la gran mayoría de las familias Venezolanas.
El año 2020 se refleja como una continuación de las desmejoras observadas el año 2019, con una proyección continuada en la reducción del PIB y con una hiperinflación que seguirá diluyendo el poder adquisitivo de nuestros ingresos y principal causante de la pérdida del consumo familiar.
Comunicado de la Red por la Defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución.