Director: Roxann Dawson – Guion: Grant Nieponte
Cada fin de año llega el momento de resumir lo hecho y no logrado. Es inevitable no pensar en el futuro que comienza en horas, existe un optimismo generalizado y todo aquello que no se tiene dominio se lleva al terreno de la fe y esperanza.
Es allí, donde el espíritu santo, Jehová, Dios, la virgen, los santos y maestros ascendidos se incorporan en rezos, oraciones, declamaciones y ofrendas.
Un amor inquebrantable es un film cuyo centro es la fe. Joyce Smirh y su familia creían que lo habían perdido todo cuando su hijo Jhon cayó en el helado lago Saint –Louis. Al adolescente Jhon los médicos tras 60 minutos de intento de registrar su pulso le dan a Joyce la oportunidad de despedirse. Es allí donde ella reunió toda su fuerza y fe, y clamo a Dios y espíritu santo por su Salvación. Milagrosamente el corazón de John volvió a latir. Recobro el pulso. A partir de ahí, Joyce comienza a desafiar a cualquier experto y prueba científica que trata de explicar lo que ocurrió y sigue ocurriendo. Joyce lleva su amor a limites increíbles por su hijo.
Basada en la novela cristiana The Impossible, un amor inquebrantable es un film que emociona incluso a los no creyentes, se beneficia de unas actuaciones sólidas, evita los sermones empalagosos y escena tras escena plantea una situación de vida o muerte, de parábola sobre la fe.
Ahora bien, el amor inquebrantable es una característica clave del carácter de Dios. La palabra hebrea que se traduce como “amor inquebrantable” refleja un compromiso duradero por una relación personal.
En el film esa relación Joyce la traduce en: “tienes un propósito de vida”, una expresión común cuando alguien supera un momento cercano a la muerte (muerte espiritual, del alma incluida) y cuya sanación origina en la psiquis del sobreviviente una especie de sentido de la vida.
Pero Jhon no sale del hospital estresado por buscar ese propósito de vida, es decir, no corre a convertirse en un coach de vida, subir en whatsapp interminables escritos sobre la fe, el agradece y se va a jugar basquetbol.
Amor inquebrantable con un cariz abiertamente religioso deja un mensaje edificante e incuestionable en una época en la que la fe en creer es distante. Pero el mensaje, propósito de vida muchas veces no es para el resucitado, creo es para el entorno, y en el film, la fe ciega, la ciencia, el esposo que se aleja, los amigos que dudan lo demuestran.
Los que han pasado por momentos difíciles y se han encontrado cercando a la muerte saben que el hermano de sangre, el esposo del alma, las amigas inseparables en muchas ocasiones allí se desentienden. Se desaparecen y como otro milagro, un vecino, un extraño se convierten en el pilar y sustento del momento.Este tipo de alejamiento y solidaridades extrañas en la adversidad son ejemplos en el film: la crisis de fe del médico y bombero, la amiga lejana que hizo suyo el dolor de John y el respetuoso y recién llegado pastor dibujan con sus acciones la presencia la voluntad de Dios.
¿Y qué pasa cuando la voluntad de Dios no es la mía? ¿Qué pasa con la fe? Desconozco. Pero la fe implica un convencimiento basado en pruebas. Romanos 1:20 “Porque las cualidades invisibles de él (Dios) se ven claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se perciben por las cosas hechas, hasta su poder sempiterno y divinidad” de hecho, en el idioma original la traducción de fe es expectativa segura. Por ello se dice, tuvo fe y se le concedió, en Amor inquebrantable la obsesión de Joyce por hacer sanar su hijo y demostrar al mundo su fe tocó la soberbia, lo que hizo subir al techo del hospital a pedir perdón, y una vez allí aceptar la voluntad de Dios, pues es allí precisamente la esencia de la fe, creer en alguien y aceptar su voluntad.
Fritz Márquez
@fritzmarquez360