Esta última semana que antecede la Navidad en Paraguaná se han incrementado las fluctuaciones del fluido eléctrico. Cada bajón es seguido por un corte del servicio de electricidad, lo que pone en duda el tan cacareado “normal funcionamiento de la termoeléctrica Josefa Camejo”.
En las últimas horas se registraron bajones y apagones en la mayoría de los sectores de la península de Paraguaná. El último afectó al 90% de la población peninsular, que desde las 3:45 de la madrugada del miércoles quedó a oscuras.
En las últimas horas se registraron bajones y apagones en la mayoría de los sectores de la península de Paraguaná. El último afectó al 90% de la población peninsular, que desde las 3:45 de la madrugada del miércoles quedó a oscuras.
Reportes extraoficiales dan cuenta de un racionamiento paulatino, que ya a las 5:00 de la mañana abarcaba a toda la colectividad paraguanera. La desconexión de los circuitos se derivó de los bajos niveles de tensión en la termoeléctrica Josefa Camejo que ocasionó la salida de la turbina 1.
En las comunidades las molestias no se hicieron esperar, toda vez que muchas amas de casa buscan emprender con el negocio de las hallacas, para salirle al paso a la crisis económica.
Pero como lo advierte Mariluz Sánchez “cómo se puede trabajar si existe el riesgo de perder los alimentos por falta de refrigeración. En Nuevo Pueblo Sur, el servicio de luz es un caos total y tenemos que andar buscando entre amigos y familiares para salvar lo que hemos invertido en carne y otros productos para las hallacas”.
En la zona comercial del casco central de Punto Fijo, el apagón que duró unas 10 horas aproximadas, afectó las ventas. Los comerciantes dijeron que está angustia se ha prolongado en el tiempo, y aunque muchos cuentan con plantas de electricidad a veces se les hace cuesta arriba mantenerlas encendidas por el tema del combustible.
Abraham Méndez, encargado de un establecimiento comercial dijo que Paraguaná es castigada por los cuatro costados: luz, agua, insalubridad y falta de conectividad internet. “Todo acarrea paralización de la economía y con ello alzas de precios y a su vez bajas ventas”.
Para muchos esta situación puede ser el preámbulo de otras navidades negras, como las que se registraron hace dos años, cuando las fallas de electricidad dejaron a oscuras varios sectores el 24 y 31 de diciembre del 2017.
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