«Solo me jubilaré cuando este planeta esté salvo»
Jane Goodall
Habíamos escrito que el primer hábito era EMPRENDE PARA SERVIR.
En alguna ocasión habíamos señalado que existían cinco poderes para el éxito y precisamente el número cinco es aprender a dar. Dar a los demás, a la comunidad que rodea mi empresa, a los colaboradores que laboran en la misma, a los proveedores e incluso a nuestra competencia, etc.
No debemos emprender nuestra empresa pensando solamente en el dinero que vamos a recibir, sino también en hacer lo que nos gusta. Ambas cosas deben ir acompañadas.
Aquí nos encontramos una gran verdad escrita por los autores del libro «MISIÓN EMPRENDE», ellos creen firmemente, que poner el foco solo en lo económico es un error, como también creen que olvidar lo económico es un error de principiante que se paga muy caro.
Por eso, la gran pregunta que deben hacerse antes de emprender es, para que lo hacemos.
Emprender como escriben los autores, para llegar a algún sitio es preferible a emprender para escapar de algo.
Para mi, la reflexión más importante que hacen Fernandez y Samso en esta etapa de su libro es que «Nosotros emprendemos para solucionar un problema, para dejar el mundo un poco mejor de lo que lo hemos encontrado, para mejorar la vida de alguien: emprendemos- y no importa si abres una carnicería o una empresa tecnológica en Silicon Valley- para satisfacer a otras personas. Y a cuantas mas personas hagas feliz o sirvas, mejor te irán las cosas. Emprendes porque crees que las cosas podrían ser de otra manera; y ya que nadie parece haberse dado cuenta antes, eres tú quien lo va a hacer».
En este sentido la consecuencia inevitable es que los emprendedores que actúen así, antes o después, terminaran teniendo éxito.
Definitivamente, la vida es muy generosa con los generosos. Aprende a hacer bien el bien y te acabará por ir muy bien.
Italo Olivo
www.iolivo.com