La trata de personas en Venezuela es un tema del que no hay políticas suficientes de prevención ni protección por parte del Estado, pero es una realidad, pese a que funcionarios tengan desconocimiento en los términos. Esto hace necesario educar en el tema.
En los espacios de la Universidad Católica Andrés Bello, núcleo Guayana, se realizó un foro con la presentación de los resultados de la investigación realizada en alianza con el Instituto de Investigaciones Jurídicas en Caracas.
Las principales formas de captación son relaciones amorosas por internet, ofertas laborales, viajes de intercambio, cursos de idioma, operaciones estéticas y rapto.
Eumelis Moya, coordinadora de la Oficina de Derechos Humanos de la UCAB Guayana, señaló que Bolívar es un estado propicio para la trata de personas con ofertas de cirugía estética, trabajo sexual y personas raptadas. En la frontera con Brasil, comentó, ofrecen servicios de traslado y de guía para migrantes, que suelen terminar en tráfico de personas.
De acuerdo con el estudio, la recepción son burdeles y zonas mineras en Bolívar. Las principales formas de explotación son la sexual, matrimonio servil -muy frecuente en Trinidad y Tobago, donde mayores de 40 años casados con adolescentes les da estatus-, reclutamiento de grupos armados irregulares, explotación laboral, tráfico de personas, de órganos y sustancias ilegales.
Las zonas internacionales más frecuentes a donde trasladan a las personas son Colombia, República Dominicana, Brasil, Trinidad y Tobago y España. En las zonas fronterizas se da mayormente en Castilletes (Zulia), Paraguaná (Falcón), Güiria e Irapa (Sucre), Tucupita (Delta Amacuro) y Bolívar.
Los factores de vulnerabilidad son la situación socioeconómica, migración, niñez, mujeres, autoestima y autopercepción.
Un reciente estudio en el que participó la Embajada de Reino Unido, señala que Venezuela ocupa el primer lugar de formas de esclavitud moderna en América Latina. Los victimarios son redes de delincuencia organizada y parientes. En familias también hay casos donde son los padres los que usan a sus hijos para distintos fines que les genere ingresos económicos.
Las principales víctimas son adolescentes y mujeres jóvenes. De acuerdo con un monitoreo de prensa, el 45% de los trabajadores de las minas en Bolívar son menores de edad, mientras que al menos 2.300 niños están en trabajos informales en Táchira y Zulia.
Jaqueline Fernández, miembro de la Comisión para los Derechos Humanos y Ciudadanos (Codehciu), destacó la importancia de tratar el tema para visibilizar e informar sobre las modalidades de captación de la trata de personas. Asimismo, insta a las autoridades a promulgar una ley especial contra la trata de personas, que se ha convertido en el tercer delito más habitual a nivel internacional.