Uno de los estudios más tenebrosos realizados por Rusia hace ya varios años se nos pasó por alto a políticos, analistas y periodistas. Salió publicado en noticias RT y en verdad tuvo poca difusión aunque ahora debemos considerarlo de obligatoria lectura porque allí se dice que Venezuela puede vivir en modo de sobrevivencia extrema por unos 140 años con la explotación de sus riquezas mineras. El estudio fue financiado por una entidad financiera que para ese momento realizaba negocios de triangulación entre nuestro país, Europa y Rusia.
Pero no importa esa referencia hemerográfica y centrémonos en su dato principal que es la manera como el régimen de Maduro puso al país de rodillas mediante el uso tanatico de la violencia y un control social estratificado para mantener bajo su dominio a los sectores poblacionales con niveles de respuestas virulenta y continuada en el tiempo, dejando a la oposición democrática reducida a segmentos más dados a la diatriba teórica que al cumplimiento de un plan movilizaciones de protesta permanente y agresiva.
Para explicar cómo subsiste financieramente Maduro sirve la información de la explotación minera, criminal e inmisericorde, además de negocios oscuros denunciados públicamente por líderes de incuestionable moralidad, para poner un solo ejemplo, el rector de la Universidad Católica Andrés Bello cuando afirma que el régimen obtiene 15 mil millones de dólares al año de dudosa procedencia.
No obstante el drama político venezolano tiene sobre si una interrogante fatal, como es posible que un régimen que haya retrocedido al país cien años, que tenga los peores indicadores económicos del planeta, con un 90 por ciento de rechazo, con una diáspora de cinco millones de habitantes, con índices de salud en el subsuelo, con el desconocimiento de casi todas las democracias de la Tierra, con expedientes avalados internacionalmente donde consta que viola Derechos Humanos y está de espaldas a la legalidad laboral consagrada en todas las naciones, se mantiene. Como se sostiene el régimen de Maduro bajo estas condiciones atroces para el pueblo e insostenibles para cualquier gobierno. La respuesta es pavorosa para todos nosotros, nos hemos ido reacomodando gradualmente a la crisis, hemos ido reajustando nuestro nivel de vida y nuestras expectativas a la condición de una subsistencia esclavizada por la resignación y el miedo. Este reacomodo ha neutralizado el ímpetu hacia el combate que ha sido consustancial a la idiosincrasia venezolana.
Así tenemos hoy día que quienes ajustaron su desempeño en modo subsistencia ante la crisis fueron los propios parlamentarios. Luego del estallido de las multitudes en Febrero de este año 2019 ,cuando Juan Guaidó a la cabeza del la Asamblea Nacional lideró un grito de renacimiento de la esperanza, pasado estos momentos nuestro Parlamento entró en una fase de pulseo de Poder ante el régimen de Maduro, se avanzó de forma contundente y notoria en el ámbito internacional y mediante los informes de la ONU sobre derechos Humanos y de la OIT sobre violación de normas básicas en materia laboral, Nicolás Maduro quedó ante el mundo como un gobernante al margen de la ley y con una gestión contraria a los más elementales principios democráticos. Como agregado de estos logros diplomáticos y políticos, se le asignó a Juan Guaidó como Presidente encargado el manejo de algunas empresas venezolanas en el exterior con el doble propósito de darle corporeidad a su mandato y al mismo tiempo proveerlo de recursos económicos para sus actividades. Lamentablemente este irrisorio avance material fue amplificado por un país pauperizado que vio en este logro una solución económica para los partidos políticos que hacen vida en el Parlamento pero no una solución para el drama nacional.
Quiere decir que para efectos mediáticos los parlamentarios salieron de la franja de angustia de la sociedad venezolana y entraron a una zona de confort dentro de la cual podían hacer política de igual a igual con Maduro y su nomenclatura. Para constatar este aserto basta revisar cualquier encuesta de opinión respecto a los sentimientos populares sobre oficialismo y oposición.
Pero más grave aun que esta valoración sociológica es que en verdad los diputados comenzaron a jugar un rol de poder alternativo que si bien no los desconecto emocionalmente del drama popular los reinsertó en él como voceros, pero perdiendo la condición de victimas que antes compartían con el pueblo llano. Es así como se completa el reacomodo parlamentario ante la crisis, volvieron al cabildo cerrado en detrimento de los cabildos abiertos con los cuales emergieron como esperanza a principios de año.
Por su parte el sector empresarial, actor fundamental en todo este proceso, también ha buscado un reacomodo que le permita sobrevivir a la crisis. Los más jóvenes invierten, trabajan y se organizan con base a lo que existe sin consideraciones de entorno político, mientras que las empresas tradicionales entraron una fase de absoluto bajo perfil, haciendo negocios donde los haya pero sin involucrarse para nada dentro de escenarios públicos que les puedan significar un conflicto. Ellos juegan a mantenerse activos sin intención de actuar como agentes de cambio, asumen que el régimen durará un tiempo largo e indefinido y que su única apuesta debe ser prevalecer sobre los obstáculos.
Por su parte la gran mayoría poblacional busca el reacomodo mediante las remesas y los programas de asistencia oficial como el CLAP y los bonos, un reacomodo que implica comer cada día menos, morirse en silencio dentro de sus hogares, por enfermedades que antes tenían medicamentos y terapias al alcance de casi todos.
Como gran marco de todo estos reacomodos está el de las estrategias, las cuales también se reacomodan según la visión de los diferentes actores que las formulan. Así tenemos que no es real la división entre el principal bloque parlamentario y las plataformas que aúpan por una parte salidas de calle ante la crisis y quienes por contrapartida apuestan por una negociación de cualquier tipo con el régimen. No es real porque este sector mayoritario de la Asamblea Nacional no tiene una tercera posición y en su seno se encarnan estas dos posiciones, aparentemente antitéticas .Pero sobre este tema volveremos luego.
Jorge Euclides Ramírez