Nada diferente de lo que ha pasado en el país ocurre en Lara este año, en lo que respecta al sector económico, según el presidente de Fedecámaras Lara, Giorgio Reni.
Los problemas más importantes son la hiperinflación, los malos servicios, la fuga de personal y los impuestos que han venido aumentando en forma constante las autoridades y alcaldías.
Apenas el 18 por ciento de la capacidad de las empresas es utilizada. Los motivos para que se haya llegado a ese nivel son múltiples: cortes del servicio eléctrico, falta de personal especializado, falta de transporte público, problemas de salud de trabajadores y la baja capacidad de compra que tenemos los venezolanos. La prioridad son los alimentos y los medicamentos, porque los ingresos percibidos no alcanzan para más nada.
Una empresa que produce un bien que no es de primera prioridad para la población, queda rezagado y es por ello que los anaqueles queden abarrotados.
Adicionalmente, asegura, tenemos la entrada de productos sin pago de aranceles, que constituye una competencia desleal, por cuanto no tiene ningún tipo de costo y tampoco impuestos.
Las alcaldías han venido aumentando los impuestos a través de ordenanzas, que directamente hay que pasarlos al consumidor porque forman parte de la estructura de costo.
Además, están los impuestos a los grandes patrimonios, que es regresivo, ya que la tasa se impone sobre factores de producción, que han sido cubiertos con otros impuestos.
La política tributaria es para cubrir las deficiencias del ingreso nacional y de los ingresos municipales, como consecuencia de la producción petrolera.
Como consecuencia de esas decisiones, hay empresas que han cerrado y otras que buscan metodologías para evitar esos altos costos que que afectan desempeño productivo.
Para el líder empresarial, el problema más importante es la fuga de trabajadores preparados, ya que han tenido varios años en ser capacitados para la operación de las máquinas.
Éstas pueden ser sustituidas y adquiridas, pero el personal que ha emigrado es el más especializado tanto en la empresa comercial como industrial.
Se estima que la mano de obra que se ha ido es del orden del 30 por ciento.
Si estos niveles se mantienen, los resultados que se esperan no son los convenientes y es por ello que para que haya un cambio en la economía tienen que variar las vertientes económicas del régimen.
