#OPINIÓN Cronicario:En 1950 Delgado Chalbaud pagó con su vida la traición a Rómulo Gallegos en 1948 #26Nov

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El pasado 24 de noviembre se cumplieron 71 años del golpe de estado contra el presidente constitucional Rómulo Gallegos, encabezado por su ministro de Defensa teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud con sus secuaces de igual rango Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez, dando inicio a una nueva dictadura militar.

Después del golpe contra el autor de Doña Bárbara, Delgado preside el triunvirato de la Junta Militar que lo sucede, junto a sus socios. Ingrato fue el asimilado militar quien encabezó la asonada contra su protector que le dio cobijo en Barcelona, España, en tiempos de su exilio. Delgado Chalbaud traicionó a quien sentía por él “cariño filial”.

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En 1947, en la plaza San Juan de Barquisimeto, se propuso la candidatura de Gallegos a las elecciones de ese año y el 14 de diciembre fue electo presidente con más de 74 por ciento de los votos y el 15 de febrero de 1948 inició la primera experiencia democrática de participación popular, depuesto nueve meses después.

Los militares destituyeron a Gallegos junto a su equipo de gobierno y tras once días en prisión lo expulsaron a Cuba. El cuatro de diciembre de ese mismo año disolvieron el congreso, las asambleas legislativas de los estados y los consejos municipales y restituyeron la Constitución de 1938, incluyendo la reforma de 1945.

Poco después se inició la agresión a los medios de comunicación y la persecución sistemática de periodistas y opositores, dando inicio a una nueva y feroz dictadura militar, similar a la que combatió su padre el capitán de navío Román Delgado Chalbaud, la misma tiranía que lo mantuvo preso catorce años en La Rotunda por encabezar la conspiración contra su antiguo socio, amigo y compadre el dictador Juan Vicente Gómez, contra quien fraguaba un golpe de estado develado por la red de soplones y espías del tirano.

Cuatro años tenía Carlos Román Delgado Gómez –su nombre de pila, nacido en Caracas cuando su padre fue detenido por el coronel Agustín Tirado Medina y trasladado el 17 de abril de 1913 a la tenebrosa prisión donde estuvo sometido a las más viles condiciones de prisión, atropellos y chantajes con grillos de 70 libras en los pies, mientras su familia estaba en el exilio en París. Por una oportuna amnistía del tirano salió en libertad a fines de marzo de 1927.

A principios de abril se encontró con su familia en la capital francesa, su esposa Luisa Elena Gómez Velutini y los hijos Carlos y Helena, ambos ahijados del tirano. Ella se había quitado el primer apellido y se quedó Velutini de Delgado y Carlos también asumió los dos de su padre en reconocimiento a su valentía. Además, era mucho peso llevar el mismo apellido de quien les desgració la vida.

Román Delgado Chalbaud no se iba a contentar con hacer oposición panfletaria desde el exterior ni gala de sus años sufridos en prisión y desde el momento que pisó París llevaba en sus hígados la sed de venganza y derrocar al tirano que llevaba veinte años en el poder, quien a su juicio no debía gobernar a Venezuela y renovó su lucha contra la tiranía.

Invirtió lo que le quedaba de su fortuna, hipotecó unos bienes que tenía en París, recibió financiamiento de grupos económicos y con todas sus energías planeó una invasión para derrocar al tirano. Arrendó un barco, el Falke y compró un lote de armas y municiones además de reclutar a un puñado de valientes venezolanos exilados de las más variadas tendencias, clases, ideas y edades.

En Francia organizó la invasión y entre los invitados había un grupo de oficiales veteranos con el escritor valenciano José Rafael Pocaterra de secretario de la expedición y en 1929 zarpó a Venezuela desde el puerto polaco de Gdynia con unos doscientos hombres entre exilados voluntarios y mercenarios.

En la isla La Blanquilla cambió de nombre al Falke y lo bautiza general José Antonio Anzoátegui y el 11 de agosto desembarcan en Cumaná, donde eran esperados por las fuerzas del gobernador general Emilio Fernández, avisado por el gobierno tras recibir informes de la invasión por el espía José Ignacio Cárdenas, de la red europea del tirano.

A la espera de un contingente que traería el general Pedro Elías Aristigueta, quien no llegó a tiempo a la acción importante causa del fracaso, con la bandera tricolor en una mano y una pistola alemana Luger en la otra, Delgado ordenó el desembarco y se traban en fiero combate con las tropas del gobernador. Intenta tomar el puente “Guzmán Blanco” y recibe en el pecho un tiro de fusil disparado por un francotirador gomecista montado en un árbol y muere de inmediato. Uno de los jóvenes expedicionarios acierta certero disparo en el pecho del general Fernández, quien muere también minutos después.

El joven de 20 años acompañaba a su padre quien le ordenó permanecer a bordo y pidió a los oficiales no permitirle bajarse, decisión que salvó de morir o caer en La Rotunda a Carlos Delgado Chalbaud, de quien se vuelve a hablar tras la publicación el año pasado de la novela “Sangre de Mariposas”, del periodista y escritor Oscar Silva Araque, donde es uno de los protagonistas.

Fracasada la invasión y muerto su líder, los expedicionarios levaron anclas hacia Trinidad y Pocaterra ordenó arrojar al mar el cuantioso parque y deja sin armas ni pertrechos al general Aristeguieta. La aventura política armada fue recogida después en dos novelas, “De la Rotunda a la Calle Larga”, de Vicente Ibarra y “Falke” de Federico Vegas.

El joven Delgado sobrevivió en Cumaná y regresó a Francia, siguió estudios de ingeniería civil y retomó la lucha de su padre contra la tiranía gomecista. Se casó con la estudiante comunista rumana Lucía Devine, con quien frecuenta círculos radicales universitarios parisinos, establece contactos con exilados europeos y latinoamericanos residentes en París y entra en contacto con amigos de su padre para encabezar una nueva invasión a Venezuela pero no obtiene apoyo.

El joven viaja a Barcelona, España, donde establece lazos de amistad con Rómulo Gallegos en cuya casa se hospeda. Decía el escritor sentir «cariño filial” por él sin imaginar que años más tarde sería su vergonzoso traidor.

A la muerte de Gómez en 1935, Delgado regresó a Caracas y el presidente Eleazar López Contreras lo devuelve a Francia a culminar estudios y de regreso es asimilado al ejército como capitán, adjunto al servicio de Ingeniería Militar en Caracas y como comandante de la segunda compañía del Batallón de Ingenieros Francisco Avendaño en 1945, con otros militares complotados derroca al general Isaías Medina Angarita, en el golpe de estado, nombrado ministro de Defensa de la Junta Revolucionaria de Gobierno presidida por Rómulo Betancourt y después ratificado por Gallegos.

Delgado Chalbaud iba a cumplir dos años como presidente de la Junta Militar, creía esa etapa demasiado larga y fraguaba un acuerdo para elecciones con la visión de ser el presidente, pero el 13 de noviembre de 1950 la candidatura se vio interrumpida por su asesinato, primer magnicidio en nuestra historia republicana. Casi dos años después del derrocamiento de Gallegos, próximo a cumplir 42 años, pagó con su tormentosa vida la traición a Gallegos y su ambición de poder.

Después del magnicidio, Germán Suarez Flamerich pasó a presidir la junta de gobierno y se convocó a elecciones en 1952, resultados desconocidos por el alto mando militar que expulsó del país a Jóvito Villalba, quien supuestamente las había ganado y designó presidente provisional a Pérez Jiménez.

Juan José Peralta

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