No parece una casualidad que se hayan producido brotes de violencia en América Latina, después de la reunión del Foro de Sao Paulo en Caracas, dice el general de división Fernando Ochoa Antich, exministro de Defensa.
Aunque reconoce que en Colombia, como en otros países de Sudamérica, existe un problema de justicia social, es difícil definir lo que sucede en ese país, sobre todo porque tiene una secuela de más de medio siglo de grupos armados y terroristas, además del problema de la droga.
Al mismo tiempo, en Chile, donde se han producido hechos de violencia para plantear la reforma de la Constitución de Augusto Pinochet, los socialistas tuvieron el poder, pero no han explicado por qué no lo hicieron.
Lo que sí llama la atención es que los estallidos de violencia se han establecidos en los sitios convenientes, comenta. El objetivo es el resurgimiento de la izquierda.
No es casualidad, pues, que la violencia haya estallado después del Foro de Sao Paulo que se reunió en Caracas. Ni que se esté hablando de que apenas es una “brisa bolivariana” lo que está pasando, sino que vendrá un vendaval o una tormenta.
Claro está, que el ambiente se ha hecho favorable por la estructura y el dinero utilizado para tal fin.
El problema es que el populismo que atiza el socialismo compromete el desarrollo y el progreso.
Terror en el ambiente militar
Sobre lo que pasa en Venezuela, el general Fernando Antich manifiesta que es preocupante que la milicia uniformada y armada participe en un desfile.
Y eso se explica porque el régimen siente desconfianza en la Fuerza Armada.
LLama la atención que el capitán Rafael Acosta Arévalo fuera salvajemente torturado y muriera tras ser presentado a un juez. La intencionalidad era aterrorizar a los militares y sus familiares. Así ha ocurrido con un general, a quien le detuvieron la esposa. A Baduel, a uno de sus hijos.
En estos momentos hay alrededor de doscientos militares presos, acusados de diferentes delitos contra el Estado. Ni siquiera por el golpe frustrado del 4 de febrero del 92. A los diez días quedaban 70 detenidos, que fueron sometidos a juicio.
La debilidad de la oposición
El general Ocho Antich dice que Juan Guaidó fue una ilusión y, por lo tanto, llegó un momento en que tenía el 80 por ciento de popularidad ya que una vez proclamado presidente interino fue apoyado por casi sesenta países.
Pero, el problema no es Guaidó sino de la oposición, que está muy débil por las contradicciones-
Si bien, el régimen se encuentra muy debilitado, es posible que pueda recuperar un poco la economía mediante las remesas que están enviando los venezolanos, que se encuentran en el exterior, a sus familiares.
Si la oposición no resuelve, en corto tiempo su problema, le estará brindando oxígeno al régimen, que se encuentra muy mal.