La dolarización en Venezuela es irreversible y cada día hay nuevos hechos que refuerzan esta apreciación, aun cuando no es una alternativa real para la superación de la crisis en las actuales condiciones, de acuerdo con el análisis realizado por la firma consultora, Aristimuño Herrera & Asociados, que dirige el economista, César Aristimuño.
Advierten que en principio, esta dolarización forzada es una respuesta lógica a la destrucción, de acuerdo con la apreciación de la firma, definitiva del bolívar como signo monetario, tal como lo conocemos.
La experiencia histórica muestra, que una vez que el dólar se ha hecho presente en una economía como medio de pago, además de reserva de valor, el paso siguiente, que es convertirlo en unidad de cuenta, es inexorable, y el gobierno parece haber entrado en esa vía al obligar a los agentes económicos privados a llevar una contabilidad en Petros, un token criptográfico estatal convertible a razón del precio estimado de un barril de petróleo, medido en dólares.
Hasta octubre, AH&A estima que el promedio mensual de transacciones en divisas llega a 25 millones de dólares, y, de cara al año 2020, ese promedio podría aumentar entre 30% y 40%, según sea el comportamiento de la economía; en todo caso, nuestro pronóstico es que el PIB va a caer 20,2% en el próximo año, lo que significa una importante desaceleración de la intensidad de la depresión.
Igualmente, es claro que el Ejecutivo ha ido alimentando la presencia de dólares en el mercado, a través de la sustitución del aun formalmente vigente sistema de control por una línea de “laissez faire” cambiario, que permite la creciente entrada de remesas, las cuales podrían alcanzar los 2.634 millones de dólares al cierre del año, y unas mayores transferencias de fondos ahorrados en divisas en el exterior.
Asimismo, llama la atención el hecho de que el valor de las exportaciones no petroleras del sector público se ha incrementado 420% entre el segundo trimestre 2018 y el primer cuarto de 2019, cuando ascendió a 2.367 millones de dólares, como resultado de mayores salidas de oro y otros minerales, a pesar de las restricciones impuestas por las sanciones estadounidenses.
Por otra parte, aunque el mercado de las mesas cambiarias de la banca debe operar exclusivamente con divisas de origen privado, el Banco Central de Venezuela ha desarrollado una política de intervención, a través del suministro de euros en efectivo al sistema, con el fin de controlar los shocks alcistas en el mercado paralelo y mantener competitivo el tipo de cambio oficial, señala la firma consultora.
De acuerdo con nuestras estimaciones, el BCV ha inyectado más de 400 millones de euros a los bancos y proyectamos que al cierre de 2019 esta cifra podría llegar a 600 millones. En consecuencia, es altamente probable que, para el segundo trimestre de 2020, la circulación de euros en la economía sea igual o superior a la liquidez monetaria en bolívares.
Advierten sin embargo, que si bien, la dolarización que es una aparente bendición para el gobierno, por su carácter desordenado e informal, no es una alternativa real para la superación de la crisis en las actuales condiciones.