El 21 de noviembre de cada año Venezuela celebra con orgullo el día del estudiante universitario. En esta fecha conmemoramos la rebeldía y valor de los estudiantes que, a lo largo de la historia del país, se han enfrentado a las crueles tiranías que cometían injusticias contra los venezolanos. Así, las protestas estudiantiles han sido participes de grandes momentos que marcaron a Venezuela en el siglo XX y XXI.
Grande fue el impacto dejado por la virtuosa generación del 28’, cuya mérito residió en lo novedoso de su rebelión. A diferencia de oposiciones anteriores a ellos, los jóvenes del 28’ eran civiles organizados y unidos, caracterizados por la intelectualidad y el pacifismo. Sus aspiraciones no eran derrocar al “Benemérito” para instaurar posteriormente un nuevo régimen de terror, sino dar paso a un sistema con mayores libertades. Asimismo, años después de caer la dictadura, tras un arduo aprendizaje, los protagonistas del 28’ tomaron las riendas políticas de Venezuela.
Otro momento resaltante fue el movimiento que se opuso a la dictadura el 21 de noviembre del 57’. Mediante una huelga y protestas que ejemplificaron el civismo, aquellos estudiantes marcaron el inicio del fin del régimen de Pérez Jiménez. Esas acciones tuvieron tal peso que la dictadura cayó dos meses después, a pesar de toda la represión y censura del tirano. De ese modo comenzó el periodo democrático y de verdaderos avances sociales e institucionales en el país.
Recientemente otro grupo de jóvenes estudiantes logró una significativa victoria contra un régimen que empezaba a mostrar su lado más autoritario. En el 2007 los universitarios lograron organizarse de tal manera que plantearon cara y vencieron por vía electoral al chavismo, cuyo interés de cambiar la Constitución respondía a los deseos tiránicos que vemos en la actualidad. Estos jóvenes dejaron de lado la indiferencia y decidieron ocupar las calles de manera pacífica, manifestando a favor de la libertad de expresión y la verdadera democracia. En la actualidad, muchos de nosotros continuamos trabajando,dirigiendo espacios de resistencia contra la opresión del régimen, que busca adueñarse de toda la sociedad.
Los tres ejemplos anteriores evidencian el gran peso que tiene el atrevimiento estudiantil como motor que rompe el silencio de la censura y se rebela contra el terror que inspiran las tiranías. Tal hecho no es una casualidad, por el contrario, tiene su génesis en las aulas de clase, en los campus, en las bibliotecas, donde están los conocimientos que permiten el desarrollo humano y de la sociedad, como también los valores democráticos y cívicos que sirven de ejemplo para todos los venezolanos. Hoy, al igual que en tiempos pasados, Venezuela necesita del coraje de la juventud que aspira un mejor futuro y se plantea objetivos para la reconstrucción y avance de Venezuela en beneficio de todos.
Stalin González