Antonio José de Sucre emprendió la campaña libertadora del Alto Perú en 1825, y estableció su campamento en el occidente de aquel vasto territorio, con la firme determinación de erradicar el último reducto español en América.
Simón Bolívar mantenía estrecha comunicación con su pupilo, y para tal fin habían dispuesto de varias mulas y soldados de la zona escarpada, para llevar y traer las correspondencias, pues el Libertador juzgaba que aquellas comarcas al quedar libres del dominio realista, debían ser “anexados al Perú”, pero el Mariscal Sucre discrepaba rotundamente de la tesis de su mentor.
Al arribar Sucre a la ciudad de La Paz, lo primero que hizo fue dictar un decreto en el cual sancionó que las provincias del Alto Perú se encontraban desde ya, en libertad de resolver su destino y por ende, organizar su propio gobierno.
Cuando Bolívar recibió la noticia, se encolerizó al punto de llamar a Sucre: “obstinado”, y se sentó a solas para redactar una correspondencia que envió sin demora al Alto Perú, en donde le increpó: Usted no tiene que hacer sino lo que yo le ordeno”.
Pero el Mariscal de Ayacucho, determinante ignoró el reclamo y convencido de su opinión, promovió una asamblea en Chuquisaca, que se reunió el 6 de agosto de 1825, donde se declaró la independencia absoluta del Alto Perú, denominando al territorio como Bolivia y Sucre a su capital, otorgándole a los vecinos del lugar, el derecho a decidir sus destinos.
Fuente: Obras Completas de Bolivar, Simón. Editorial: Editorial Lex, La Habana, Cuba, 1947
Inés Quintero. No es cuento es historia. Editorial Melvin. Caracas Venezuela. Mayo de 2013+
Luis Alberto Perozo Pádua