Según publica en su página web el Nuevo Herald, en la ciudad de Maracaibo, estado Zulia, un hombre de 40 años de edad quien posee un minimercado tuvo que pagar 550 dólares a «alguien» para que le conectaran los cables eléctricos de su negocio a la red del otro lado de la calle, donde nunca se va la luz.
Esa medida, aunque ilegal, fue la solución que el hombre encontró para salvar su negocio de la bancarrota, pues los prolongados racionamientos de electricidad que alcanzan las 16 horas, le cercenaron las ventas.
“Le di 550 dólares a alguien para que conectara los cables eléctricos de nuestra tienda a la red al otro lado de la calle, donde nunca se va la luz”, dijo Eduardo, al Miami Herald, pidieron que no lo identificaran.
Ahora, en el negocio de Eduardo solo se registran apagones menores con pocas repeticiones, pues en el circuito al que fue conectado, también está ubicado un importante hospital, por lo cual la compañía estatal eléctrica Corpoelec lo deja fuera del cronograma de apagones que todavía afecta a todo Maracaibo y otras 10 ciudades.
El referido medio de comunicación detalla que estos días el minimercado tiene las luces encendidas de noche, cuando aprovecha para vender productos a decenas de clientes incluso cuando se va la luz. Es el único edificio iluminado en medio de calles a oscuras.
La Cámara de Comercio local calcula que al menos 92% de los negocios y tiendas de la ciudad están afectados por los apagones.
Pero Eduardo dice que su negocio prospera. “Antes engañábamos a los clientes diciéndoles que había luz porque teníamos un generador en la azotea”, dice. “Si no hubiéramos hecho esto creo que ya habríamos cerrado. Eso nos salvó”.